En invierno, una rica sopa nos ofrece mucho más que las bondades que le son intrínsecas al plato. Nos propone calor de hogar, sencillez plena de nutrientes, deliciosos sabores que, además, nos permiten recuperar parte de las energías perdidas después de toda una jornada de estudio o trabajo... Definitivamente, sopas e invierno hacen una dupla exitosa.
Por estos lares (el hemisferio sur), como bien saben ustedes, estamos en invierno. Pero, un invierno muy particular con escasos días de frío polar, seguidos por otros de temperaturas calurosas (¡Con máximas entre los 20° y los 24° C!) o, al menos, no tan típicamente invernales... Entonces, la sopa este año ha aparecido en mi menú en contadas ocasiones. Sin embargo, se trata de un plato siempre bien recibido en mi mesa. Por eso, hoy les propongo una sopa riquísima que encanta a grandes y a chicos, y que se prepara en un ratito nada más (de modo que no hay excusas).
Aquí les dejo los ingredientes para llevar a la mesa unas 4 porciones de este exquisito y nutritivo plato que dejará felices a todos los comensales.
En una sartén rehogá en 2 cucharaditas de aceite de coco (o aceite neutro) 1 cebolla grande, cortada en juliana. Añadí 750 gramos de zapallo anco/curcubita moschata (o la variedad de zapallo de tu preferencia) sin su cáscara y cortado en cubos más o menos parejos. Condimentá con sal, pimienta, orégano y nuez moscada.Luego, agregá unos 350 cc. de caldo de verduras y cociná los vegetales a fuego medio hasta que la calabaza esté tierna.
Una vez tiernas y tibias las verduras, colocalas en el vaso de la licuadora (también podés procesarlos con mixer) e incorporá 1/2 taza de copos de avena y 350 cc. de leche (puede ser leche de avena o de almendras). Procesá hasta obtener una crema homogénea.
Entonces, verté la mezcla obtenida en una olla y dale calor hasta que tome buena temperatura nuevamente. Rectificá la sazón si fuera necesario y disfrutá de una sopa cremosa, deliciosa y bien nutritiva.
Para servir, podés decorar los platos con algunos croutons (pequeños cubitos de pan) de pan casero, semillas de calabaza y un hilo de aceite.
Observaciones y recomendaciones finales: Como ya indiqué oportunamente, pueden reemplazar el aceite de coco (compacto o derretido) por el aceite neutro de su preferencia.
Para preparar un delicioso y rapidísimo caldo de verduras, sólo será necesario que coloquen en una ollita agua potable junto con algunos vegetales deshidratados (cebollas, puerros, zanahorias, acelgas...) sin aditivos, sales o conservantes y que los dejen hervir por algunos minutos, obteniendo un caldo colorido, perfumado y sabroso. No estoy hablando de cubitos o sobrecitos de caldos/sopas plenos de ingredientes artificiales, sino de simples y genuinos vegetales secados al sol o de manera industrial que podemos adquirir en dietéticas o comercios de productos saludables.
El aceite de coco no se oxida en contacto con las altas temperaturas (incluso en frituras), por lo tanto no pierde ni desvirtúa sus beneficios nutricionales. Es ideal para dietas de adelgazamiento (porque ayuda a reducir la grasa acumulada) y las de aquellas personas que digieren con dificultad las grasas por padecer problemas digestivos o hepáticos. Además, protege nuestros sistemas cardiovascular e inmunológico, y contribuye a evitar enfermedades relacionadas con la glándula tiroides. No contiene grasas hidrogenadas ni colesterol y es un excelente antioxidante. Entretanto, el zapallo es rico en fibra, potasio, zinc y magnesio. Es un excelente antioxidante natural y un eficaz diurético. Posee altos contenidos de vitaminas A, B, C y E. Su alta presencia de betacarotenos lo hace un aliado ideal en la prevención del cáncer. Además, también ayuda a eliminar grasas del cuerpo.
Pocos ingredientes y todo el sabor de las sopas hechas en casa, con una pizca de dedicación, mucho de amor y ganas de caldearse en los días fríos son - para mí - las mejores excusas para tomar sopa como plato único en una cena liviana o como primer plato de un menú más completo. Esta sopa, en particular, tiene una consistencia bien cremosa (aunque no tiene ni una pizca de crema de leche o queso) que gusta mucho a los paladares más exigentes, sin complicarnos en la preparación y sin aportarnos a la dieta grasas poco sanas.
Espero que les guste mi propuesta para hoy. Los espero la semana que viene. Diviértanse experimentando en la cocina y disfruten de sus seres queridos. ¡Hasta la próxima!