Despliegue de fuerzas en el frente norteafricano a día de hoy.
Camaradas,
El 22 de junio de 1941, el mismo día que daba inicio la Operación Barbarroja, el General Archibald Wavell, Comandante en Jefe de Oriente Medio, recibió un telegrama del Primer Ministro Británico Winston Churchill en el que le informaba que había sido relevado del mando. Churchill llevaba un tiempo decepcionado por el transcurso de las operaciones en el Norte de África y el Mediterráneo Oriental, pero había sido el reciente fracaso de la Operación Battleaxe (Hacha de Guerra) el que le había inducido a tomar la decisión. El Primer Ministro había albergado grandes expectativas del resultado de Battleaxe, creyendo que el refuerzo de las fuerzas británicas en el sector había puesto a Wavell en una buena situación para golpear duro a los italianos y alemanes reunidos sobre la frontera entre Egipto y Libia. Esperaba que el golpe contra Rommel sería decisivo y tendría como consecuencia nada menos que la liberación del puerto asediado de Tobruk y la eliminación de las tropas del Eje de Cirenaica. Cuando el ataque terminó en fracaso tan sólo dos días después de haber comenzado, Churchill decidió que Wavell tenía que marcharse.
Wavell pasa revista a sus tropas.
La decisión, objetivamente hablando, fue injusta, dado que Wavell de hecho se había comportado bien durante sus dos años como comandante en jefe. Su mando no había sido sencillo, puesto que además de sus responsabilidades norteafricanas Wavell también había tenido que contrarrestar los movimientos del Eje realizados por los alemanes en Grecia y Creta así como por los de las fuerzas de Francia Vichy en Siria y la rebelión anti-británica en Irak. Había dirigido bien y obtenido destacables éxitos al comienzo de la guerra contra los italianos y conquistado casi toda el África Oriental Italiana. Bajo su mando, el Teniente General Richard O'Connor había hecho retroceder a los italianos de la frontera egipcia y tomado la provincia de Cirenaica en Libia junto con 200.000 prisioneros. Sin embargo, la situación en el Norte de África se había deteriorado rápidamente para Gran Bretaña cuando las tropas italianas en la región fueron reforzadas con la llegada de unidades alemanas al mando de Erwin Rommel, el maestro de la guerra acorazada. Todas las ganancias de O'Connor fueron reconquistadas con rapidez cuando Rommel se lanzó a la ofensiva con los italianos y su 5ª División Ligera Alemana e hizo retroceder a los británicos de vuelta a Egipto. La única conquista que Wavel pudo mantener mientras los tanques del Eje rodaban hacia el este fue el puerto de Tobruk, que permaneció aislado en la retaguardia sometido a un asedio total. Su guarnición era demasiado débil para conseguir romper el cerco y a su vez Rommel fue incapaz de someter la plaza con las fuerzas que tenía disponibles, a pesar de que lo intentó varias veces.
El ataque de Rommel de abril de 1941, que hizo retroceder a Wavell hasta la frontera egipcia.
Por su parte, Wavell lanzó dos grandes ataques para liberar Tobruk, pero fue incapaz de atravesar las defensas alemanes situadas cerca de la frontera. En cada ocasión, su esfuerzo fue demasiado débil y estuvo demasiado mal organizado para tener impacto. El primero, la Operación Brevity, lo lanzó inmediatamente después del segundo intento de Rommel de capturar Tobruk. Wavell había esperado coger desprevenido al comandante alemán mientras su línea de suministro se encontraba estirada al límite. Sin embargo, fue un ataque prematuro y mal preparado que no consiguó nada cando Wavell decidió permanecer a la espera de la llegada de un gran convoy que traía muchos tanques, equipo y refuerzos desde Inglaterra. Este convoy "Tiger" transportaba entre otra carga 54 cazas Hurricane y 295 nuevos tanques. Con ellos, Wavell esperaba inclinar de su lado la balanza material y golpear en superioridad al enemigo. Cuando el convoy llegó Churchill exigió una acción agresiva inmediata y presionó a su comandante en jefe para que volviese a atacar. Wavell insistió en que necesitaba tiempo para organizar su fuerza con efectividad y entrenar a sus tropas, pero Churchill estaba impaciente y no toleraba más retrasos. La Operación Battleaxe, exigió, debía comenzar lo antes posible.
Wavell, representado por la propaganda Aliada como el hombre que erradicará la peste del Eje del Norte de África. Hoy, la viñeta no puede resultar más irónica: el erradicado ha sido él.
Battleaxe fue lanzada como Churchill había insistido y fracasó miserablemente. En dos días, el XIII Cuerpo de Wavell, bajo el mando del Teniente General Beresford Peirse, se encontraba en retirada, corriendo en desbandada para regresar a las líneas británicas a lo largo de la frontera. Rommel había ideado un contraataque demoledor en cuanto los tanques de Wavell avanzaron, buscando aislar a las formaciones de vanguardia del XIII Cuerpo. Los comandantes de Wavell fueron cogidos desprevenidos y no pudieron hacer otra cosa que retroceder para impedir un desastre total. Battleaxe constituyó la tercera derrota consecutiva a manos de Rommel en seis meses y el general alemán comenzaba a forjarse una reputación de imbatibilidad entre aquellos que combatían en el Norte de África en ambos bandos.
El General Auchinleck.
El resultado de Battleaxe fue que Wavell tenía que irse, a pesar de que muchos pensaban que la presión de Churchill para comenzar la batalla prematuramente había sido el motivo del posterior fracaso. Ahora había que buscar un nuevo hombre para liderar el teatro mediterráno, uno que fuera lo suficientemente experimentado al más alto nivel. El General Sir Claude Auchinleck fue, para Churchill, la opción obvia. Él era un oficial muy antiguo que ya había visto acción en la guerra cuando estuvo al frente de la parte británica en el fracasado enfrentamiento anglo-francés de Noruega en 1940. En ese momento era el Comandante en Jefe de India y Churchill decidió que debía asumir el mando de Oriente Medio. Wavell lo reemplazaría como Comandante en Jefe de India. El intercambio de mandos de algún modo le permitiría a Wavell continuar su carrera militar sin sombra de degradación.
Winston Churchill, ese viejo borracho desmesuradamente optimista.
Tan pronto como Auchinleck llegó a sus nuevos cuarteles generales en Egipto recibió la advertencia de su jefe en Londres, el Jefe del Estado Mayor Imperial General Sir John Dill, que estuviera preparado a recibir presiones del Gabinete Británico aconsejándole atacar en el desierto lo antes posible. Muy pronto esta presión comenzó a aplicarse cuando Churchill le envió un mensaje preguntándole cuándo proponía reanudar la ofensiva, urgiéndole acción inmediata. Mientras se adaptaba a su nuevo mando, Auchinleck se dio cuenta de que era responsable de la conducción de la guerra en dos frentes. Sabía que antes de que pudiera concentrarse en Rommel y en la guerra del desierto tenía que consolidar el poder británico en Irak y Siria. También sabía que no podía implicarse en una ofensiva hasta que hubiera obtenido cierta superioridad en blindados sobre sus oponentes del Eje. Le respondió a Churchill en esos términos, pero no fue capaz de convencer al Primer Ministro. La presión para una acción inmediata contra las fuerzas italo-germanas continúa hasta hoy, víspera de la Operación Crusader.
Stalin y Churchill, codo a codo. Uno quiere que los británicos desembarquen en Francia. El otro, aterrorizado ante semejante idea, se conforma con actuar en África.
Churchill tenía buenos motivos para insistir en que una ofensiva resultaba esencial para el esfuerzo de guerra británico. El ataque de Alemania contra Rusia había convertido a Stalin en un nuevo aliado para Gran Bretaña. El objetivo común de derrotar a las potencias del Eje suponía que Gran Bretaña debía proporcionar apoyo directo a los rusos. El único modo posible de hacer esto era obligar al enemigo a combatir en dos frentes; cualquier fuerza que pudiera ser retenida en el Norte de África era una fuerza que no podía ser empleada contra el Ejército Rojo en el frente ruso. Los éxitos británicos en el desierto también podrían inducir a las colonias francesas en el Norte de África a alejarse de la órbita de Vichy y también, quizás, convencer a España y Turquía para que se mantuvieran alejadas de la guerra. En último término, también podría llegar a animar a los Estados Unidos a sumarse al conflicto.
El General Auchinleck, entre la espada y la pared.
Había otros asuntos en que podría repercutir una reanudación del ataque y que tendrían una influencia más directa sobre el mando de Auchinleck. El avance hacia el oeste no sólo rescataría a la guarnición asediada de Tobruk y aliviaría las necesidades de la Royal Navy de mantenerla abastecida, sino que el avance también podría a disposición británica aeródromos en Cirenaica que la RAF podría emplear para proporcionar una mejor cobertura al tráfico naval mediterráneo, atacar las líneas de suministro enemigas y dar un respiro a la vapuleada isla de Malta.
Vehículos del Afrika Korps en marcha.
Auchinleck, sin embargo, no se dejaría presionar para atacar antes de que estuviera absolutamente preparado, puesto que sabía que las fuerzas de Rommel habían recibido refuerzos y eran mucho más poderosas. La 5ª División Ligera había sido ascendida a división Panzer con la llegada de un regimiento Panzergrenadier y se había convertido en la 21ª División Panzer. La 15ª División Panzer había llegado al Norte de África, convirtiendo al Deutsches Afrika Korps (DAK) en un Cuerpo Panzer en toda regla compuesto de dos divisiones Panzer. Auchinleck decidió que la nueva ofensiva, con el nombre clave Operación Crusader (Cruzado) comenzaría en noviembre y no antes, cuatro meses después del fracaso de Battleaxe. A Churchill no le convenció mucho la decisión de Auchinleck. Le enfurecía que las únicas fuerzas terrestres de Gran Bretaña que estaban en contacto con el enemigo permanecieran sentadas en el desierto y sugirió que el comandante en jefe regresara a Londres para una entrevista. Si el Primer Ministro pensó que Auchinleck podía ser acosado para atacar antes, estaba equivocado. El comandante del desierto mantuvo el tipo ante Churchill, ciñéndose a su decisión original y negándose a cambiar de opinión. Auchinleck regresó a El Cairo bastante alterado por la presión personal a que había sido sometido, prometiéndose que nunca dejaría que las exigencias políticas interfirieran en cuestiones puramente militares. En Londres se había acordado finalmente que Crusader comenzaría el 18 de noviembre y que la fuerza del desierto sería ascendida al rango de Ejército, con el nombre de Octavo Ejército. También se acordó el nombramiento del Teniente General Alan Cunningham para el mando del Octavo Ejército, aunque Churchill estaba a favor del Teniente General Maitland Wilson. El Primer Ministro comenzaba a arrepentirse de que Auchinleck hubiese sido nombrado Comandante en Jefe de Oriente Medio.
Fuerzas británicas.
Tanques Matilda del 4º Regimiento de Tanques de la 32ª Brigada Acorazada se dirigen a sus puestos de combate.
Desde el fracaso de la Operación Battleaxe más y más tanques han estado llegando desde Inglaterra, tanto como reemplazos a pérdidas como refuerzos en la forma de nuevas unidades. Auchinleck siente que para estar listo para lanzar Crusader necesita un índice de superioridad en tanques de 3:2, lo que supone reunir el equivalente a alemanes dos divisiones blindadas y un número adecuado de formaciones de infantería. Por desgracia para él, esto no podrá ser, dado que la 1ª División Blindada no llegará al completo a Egipto hasta 1942, aunque su 22ª Brigada Blindada sí que ha llegado el 4 de octubre, habiendo sida asignada a la 7ª División Blindada con vistas a la próxima batalla. Sus tanques son la nueva versión del tanque crucero Crusader, armado, como todos los tanques británicos del teatro, con un cañón de dos libras (40 mm). El tanque es relativamente rápido y maniobrable, pero es poco fiable mecánicamente y carece de un cañón capaz de competir con los Panzer más modernos. El Octavo Ejército Británico todavía encuadra en sus filas muchos tanques crucero anticuados, como el A13.
Tanque Crusader.
También han comenzado a llegar al teatro numerosos ejemplares del tanque norteamericano M3 Stuart, a veces llamado el Dulce (Honey). Se trata de un tanque ligero armado con un cañón de 37 mm, cuyas prestaciones son similares al cañón de 2 libras. El tanque es pequeño, ligeramente blindado y diseñado como tanque de reconocimiento, pero el Octavo Ejército pretende emplearlo como un tanque crucero. El tanque es rápido y maniobrable, pero tiene un alcance limitado y requiere repostar frecuentemente.
La dotación de un tanque Stuart se apresta para la batalla.
Apoyando a la infantería los británicos cuentan con dos brigadas de tanques que contienen dos tipos de tanques de apoyo a la infantería. Ambos están armados con cañones de 2 libras: el obsoleto Matilda es lento pero está fuertemente blindado y está siendo gradualmente reemplazado por otro vehículo etiquetado como tanque de infantería pero que de hecho ha sido diseñado como crucero, el Valentine.
Un tanque Valentine cargado de soldados británicos.
La principal fuerza de ataque del Octavo Ejército es la 7ª División Blindada. Esta formación contiene dos brigadas blindadas, la 7ª y la 4ª, cada una de las cuales cuenta con tres batallones de tanques. Además, tiene el suplemento de la 22ª Brigada Blindada y sus tres batallones de tanques. Esto proporciona a Cunningham nueve batallones de tanques en su principal fuerza acorazada frente a los cuatro batallones de tanques alemanes en las dos divisiones Panzer del Afrika Korps y tres en la 132ª División Acorazada Italiana Ariete. Estas cifras excluyen a los tanques de reconocimiento ligeros. En total, el Octavo Ejército tiene un total de 477 tanques: 32 cruisers viejos, 62 cruisers (A13), 210 Crusaders y 173 Stuarts. En Tobruk la 32ª Brigada de Tanques dispone de 32 cruisers, 25 Stuarts y 69 Matildas, y apoyando al XIII Cuerpo sobre la frontera se encuentra la 1ª Brigada de Tanques que comprende 3 cruisers y 132 tanques Matilda de los cuales alrededor de la mitad son Matildas y la otra mitad Valentines.
Soldados australianos manejan un cañón antitanque de 2 libras en el frente de Tobruk.
Crucial para el control del campo de batalla es el cañón antitanque. Por desgracia para los británicos, su principal arma antitanque es el ubicuo cañón de 2 libras. A distancias superiores a 1.000 metros es prácticamente inútil. Para poder ocasionar un daño apreciable a los tanques del Eje, tiene que disparar contra ellos a distancias más cortas, lo que expone a sus dotaciones a un peligro mayor. Los británicos cuentan con bastantes piezas de artillería de 25 libras que pueden ser empleadas contra los tanques, pero este cañón/mortero no es un arma antitanque.
Una pieza de 25 libras es arrastrada por un vehículo blindado Morris C8 4x4.
Para la Operación Crusaderm Cunningham ha planeado emplear dos cuerpos en el ataque, el XXX Cuerpo, al mando del Teniente General Norrie, y el XIII Cuerpo, al mando del Teniente General Godwin-Austen. El XXX Cuerpo de Norrie dispone de la 7ª División Blindada, la 1ª División Sudafricana y la 22ª Brigada de Guardias. El XIII Cuerpo de Godwin-Austen consiste en la 4ª División India, la 2ª División de Nueva Zelanda y la 1ª Brigada Blindada. También se espera que la guarnición asediada de Tobruk desempeñe un papel en la ofensiva. La 70ª División junto con la 1ª Brigada Polaca y la 32ª Brigada de Tanques se unirán a la ofensiva cuando llegue el momento adecuado y se les presente la oportunidad de romper el perímetro del Eje que rodea el área de la fortaleza. La 2ª División Sudafricana permanece en Egipto como reserva.
Un equipo de recuperación de la RAF en un taller encargado de "canibalizar" Hurricanes derribados en busca de piezas válidas con las que reparar Hurricanes activos.
Junto con el refuerzo de las fuerzas terrestres, la RAF en Egipto ha estado aumentando su fuerza en preparación de la ofensiva. Lo que originalmente había sido sólo el Grupo 204 se ha convertido en la Fuerza Área del Desierto Occidental bajo el mando del Vice-Mariscal del Aire Arthur Coningham. Se trata de una fuerza grande y flexible que incluye 16 escuadrones de cazas, bombarderos y aviones de reconocimiento táctico. Las organizaciones de reemplazo y mantenimiento han sudado la gota gorda para mantener a los escuadrones bien abastecidos con aviones nuevos y reparados. Las lecciones aprendidas durante la Operación Battleaxe les ha llevado a los británicos a constituir un Control de Apoyo Aéreo conjunto en el cuartel general de cada cuerpo de modo que los aviones puedan ser dirigidos con rapidez sobre objetivos informados por las tropas. A día de hoy, la RAF dispone de 650 aviones en el Norte de África, 550 de ellos en servicio. Los 74 aviones -66 en servicio- con base en Malta podrían dar un apoyo adicional. Esto concede a la Fuerza Aérea del Desierto una superioridad numérica sobre el Eje, que dispone de 342 aviones en servicio de un total de 536.
Cazas Hurricane de la RAF sobrevuelan Egipto.
Éstas son las principales fuerzas que el Octavo Ejército planea lanzar contra el Eje. Auchinleck sabe que no va a poder esperar al momento perfecto para atacar debido a que la presión que recibe desde Londres requiere que la ofensiva sea lanzada antes de que Rommel pueda doblegar a la fortaleza de Tobruk y va a tener que atacar con las fuerzas disponibles en este momento.
Fuerzas del Eje.
El General der Panzertruppe Erwin Rommel se toma un café.
Después de la victoria con que coronó la Operación Battleaxe británica, la situación de Rommel dentro de la jerarquía del Eje quedó asegurada. Su dominio sobre los británicos ha fortalecido su posición como el comandante operativo de las fuerzas del Eje en Cirenaica. Durante Battleaxe sólo había ejercido su mando sobre el Afrika Korps, pudiendo ejercer cierta influencia sobre algunas divisiones italianas, pero la mayoría de las decisiones tácticas eran competencia suya. Se está haciendo claro que él es ahora el hombre que debe asumir el mando total de todas las fuerzas del Eje que combaten con los británicos. El 1 de julio Rommel fue ascendido a General der Panzertruppe y, el 15 de agosto, sus fuerzas fueron elevadas al rango de Panzergruppe Afrika.
Rommel y Bastico.
Los cambios no significan que los comandantes italianos ahora deban ser serviles a Rommel; todavía tienen el mando del teatro. El General Bastico es el Comandante en Jefe de Libia y ha insistido en retener bajo su control al XX Cuerpo Italiano aunque es parte del Panzergruppe Afrika y, al menos sobre el papel, Rommel está subordinado a él. El XXI Cuerpo Italiano también se ha incorporado al nuevo mando de Rommel, aunque la formación no ha sido formalmente asignada a él dado que Bastico todavía quiere que todo el mundo sepa que es él quien dirige la campaña del Norte de África. Así, Rommel dispone de dos cuerpos de ejército italianos en su Panzergruppe Afrika, uno del que puede disponer directamente y otro que puede emplear sólo después de pedir permiso.
Las huellas de los Panzer sobre la arena del desierto.
Estas maniobras han puesto en manos de Rommel a tres cuerpos con diez divisiones: el Deutsches Afrika Korps, al mando del Teniente General Ludwig Crüwell, con la 15ª División Panzer, la 21ª División Panzer, la División Ligera Afrika (90ª División Ligera) y la 55ª División Italiana Savona, el XX Cuerpo de Ejército Italiano al mando del General Gastone Gambara con la 132ª División Acorazada Ariete y la 101ª División Motorizada Trieste y el XXI Cuerpo Italiano al mando del General Enea Navarrini con la 17ª División de Infantería Pavia, la 25ª División de Infantería Bologna y la 27ª División de Infantería Brescia junto con la 102ª División de Infantería Trento. La 55ª División Italiana Savona, que ha sido adscrita al Afrika Korps, contiene tres regimientos de infantería mientras que cada una de las otras divisiones italianas en el XXI Cuerpo tienen tan sólo dos regimientos. La 102ª División Trento consta de dos regimientos de infantería motorizada y un regimiento motorizado de Bersaglieri, aunque la división está motorizada sólo en el nombre, puesto que tienen una deficiencia en transporte del 80 por ciento. Cada uno de estos regimientos comprende dos batallones.
El Teniente General Ludwig Crüwell.
Las divisiones Panzer en el Afrika Korps del Teniente General Crüwell disponen ambas de un regimiento Panzer y un regimiento de infantería y ambas cuentan con un batallón de reconocimiento de vehículos blindados. La División de Infantería Afrika es una curiosa formación que en breve será renombrada 90ª División Ligera. Ha sido constituida a partir de varias unidades independientes que ya se encontraban en el Norte de África a las que se unieron tropas llegadas por aire en agosto. Uno de sus dos regimientos, el 361º Regimiento de Infantería, está integrado en su mayoría por miembros alemanes de la Legión Extranjera Francesa reclutados en Francia. Su experiencia de guerra en el desierto supone una valiosa adición al cuerpo de Crüwell.
Generalmajor Alfred Gause.
Con la ampliación de su mando a estado de Panzergruppe, se le ha proporcionado a Rommel una ampliación en su cuartel general. Un estado mayor completamente nuevo con el que hacer funcionar estos nuevos cuarteles le ha sido enviado desde Alemania a las órdenes del Comandante General Alfred Gause. Suele ser habitual en el modo de proceder alemán entrenar y producir estados mayores como unidades autosuficientes, con el grupo trabajando como un equipo, capaz de entender los roles y responsabilidades de cada uno y hacer funcionar desde cero unos cuarteles generales en pleno campo de batalla. Con Gause tras él como su Jefe de Estado Mayor, Rommel es ahora capaz de concentrarse en la importante tarea de contrarrestar a los británicos, dejando sus responsabilidades de administración y suministro a los expertos. Y como todo el mundo sabe, con Rommel al frente de los Panzer, ¡la victoria es segura!
Heiß über Afrikas Boden die Sonne glüht.
Unsere Panzermotoren singen ihr Lied!
Deutsche Panzer im Sonnenbrand,
Stehen zum Kampf gegen England
Es rasseln die Ketten, es dröhnt der Motor,
Panzer rollen in Afrika vor!