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Bien sea porque los postres ahora me están vedados y no quiero hacer cosas en casa que yo me pueda comer(afortunadamente las galletas bretonas desaparecieron como por arte de magia), o porque me gusta el cava y el champán, muy secos ambos, esta receta me viene al pelo. Y también le puede salvar a alguien para realizar un remate suave, ligero y rico a estas copiosas comidad de Navidad.
Éste mío lo voy a dejar en el congelador hasta que vuelva y celebremos aquí el año nuevo, el tres o el 4 de enero del próximo año.
Tengo ganas de hacer postres, pero mi relidad diaria son verduras y ensaladas a mamplén, proteinas de pescado y poco más. No obstante veo la luz al final del túnel, aunque no sé qué tal me irá en casa de mi hija con la dieta y en esos supermarkets americanos que tienen de todo y todo de mucho engordar.