Los intríngulis de los más recientes acontecimientos en Libia revelan cómo el gobierno de Gadafi fue infiltrado al punto de pactar con la derecha mundial para favorecer a las transnacionales a costa del sacrificio del pueblo Libio.
En Venezuela estamos experimentando los más inimaginables tipos de infiltración de nuestra Revolución, la “quinta columna” se enseñorea en casi todas -por dejar un pequeño margen de duda- nuestras instituciones para perjudicar al principal protagonista de nuestro proceso bolivariano como lo es el pueblo.
El Presidente va a la velocidad de la luz en lo relativo a crear políticas públicas para beneficiar a los más necesitados, y en la ejecución de estas políticas se cambia a la velocidad de una tortuga. En las últimas semanas han sido tantas las quejas que me han llegado de personas muy humildes tan decepcionados por no haber podido ser beneficiados de las políticas que el comandante Chávez ordena.
La primera de ellas fue la de un señor de 76 años que se encontraba en una playa vendiendo helados de carrito, y me manifestó que fue al Seguro Social a preguntar cómo podía acceder a su pensión y le informaron que debía pagar BsF 17.000, mi pregunta es de donde una persona con esa edad y tipo de trabajo podrá pagar esa cantidad de dinero ¿no sería mejor opción aprobarle la pensión de gracia, o en su defecto descontarle mensualmente de la misma una modesta cantidad para abonar a esa deuda?. Que insensibilidad la de esos funcionarios a los que les corresponde ejecutar la orden del presidente de dar pensión digna a todos los que alcanzaron la edad para ello.
Otro caso desgarrador que conocí fue el de 18 frigoríficos que son de los mismos dueños, pero están registrados con diferente persona jurídica y contratan a los trabajadores por 3 meses y se los traspasan entre cada frigorífico, logrando con esto burlar la acumulación de prestaciones sociales, con lo cual tienen mano de obra calificada trabajando para ellos por muchos años a un costo por mano de obra irrisorio dentro de sus costos de producción, y de paso los empresarios han accedido a créditos a través de los bancos del Estado venezolano. Al final de su vida estos trabajadores se retirarán con una mano delante y otra atrás, a esperar pacientemente que les llegue su “pensioncita”, y sin poder tener nunca una liquidación de prestaciones sociales.
Tengo infinidad de denuncias parecidas, pero me pregunto cómo el Ministerio del Trabajo permite que cosas como éstas ocurran, acaso no hay manera que a través de la inscripción en el seguro social se supervise que los trabajadores solo duren en una empresa 3 meses y después sean reemplazados por otros, ¡que tercerización del trabajo tan terrible! ¿No despierta la curiosidad a los funcionarios ésta irregularidad? ¿El SENIAT no puede revisar por qué la mano de obra en los costos de producción de estas empresas cuyas utilidades deben ser exorbitantes, representa un monto ínfimo?
Tenemos empresas de alimentos que contratan a una agencia de empleos para que les suministre la mano de obra, sin tener ninguna relación laboral por parte de la empresa y el trabajador sino que la misma es a través de la contratista, y los contratos son por solo 3 meses, la empresa le paga una jugosa suma al contratista y el trabajador solo percibe salario mínimo y ningún otro beneficio porque no tiene relación laboral con la gran empresa.
En una Revolución socialista y humanista como la que estamos creando en nuestro país, no podemos permitir que una explotación y precarización del trabajo tan descabellada como esta ocurra, el presidente Chávez debe poner coto a todas estas irregularidades en las Instituciones, porque de todas las malas acciones de los funcionarios quien termina pagando los “platos rotos” es el Comandante.
(*) Economista, presidenta de la Comisión de Política Interior del Consejo Legislativo del estado Bolívar
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