Por Manuel E. Yepe*
A pocas horas del fallecimiento del presidente venezolano Hugo Chávez en Venezuela, grupos defensores de los derechos civiles de Estados Unidos y otros países señalaron a la CIA, el Departamento de Estado y la Agencia de Inteligencia de la Defensa estadounidense como presuntos implicados en el acontecimiento y formularon demandas a agencias federales para recabar información sobre planes para envenenar o de otra manera asesinar al líder venezolano.
Al amparo de la Ley de Libertad de Información (Freedom of Information Act, o FOIA), la Sociedad del Fondo por la Justicia Civil(Partnership for Civil Justice Fund), la coalición ANSWER (Act Now to Stop War and End Racism -Actuar Ahora para Detener la Guerra y Eliminar el Racismo) y el periódico francés Libération presentaron una demanda a este fin ante tribunales estadounidenses.
La demanda recababa la búsqueda en todos los archivos y documentos, incluyendo correos electrónicos, cartas, cables y otros mensajes, memorandos, notas, minutas, fotografías, grabaciones de audio, grabaciones de video, evaluaciones de inteligencia y otros datos e información relativa a planes para envenenar o de otra forma asesinar al Presidente de Venezuela, Hugo Chávez quien acababa de fallecer.
Los demandantes declaraban actuar guiados por el notorio historial en materia de encubrimiento de atentados de asesinato de dirigentes extranjeros del gobierno estadounidense. Actuaban también a la luz de la reciente exhumación del cadáver del líder palestino Yasser Arafat para determinar si su muerte fue causada por envenenamiento y los posteriores reportes de prensa acerca del hallazgo por el Instituto de Radiofísica, que procesó los datos de niveles anormales de polonio-210 en sus efectos personales.
Argumentaban los demandantes que el público tenía urgente necesidad de información subyacente respecto a cualquier esfuerzo por asesinar al Presidente de Venezuela, incluyendo cualquier conocimiento que el gobierno estadounidense tenga o haya tenido en relación con tales macabros propósitos, y en particular cualquier participación suya en ellos.
Por su parte, según múltiples fuentes mediáticas, el gobierno venezolano lleva a cabo una profunda investigación acerca de las circunstancias de la enfermedad que causó la muerte al Presidente Hugo Chávez, en especial para saber si éste fue envenenado o deliberadamente expuesto a elementos causantes de cáncer.
El método de asesinar adversarios se ha convertido en práctica usual del gobierno de Estados Unidos. Tanto, que parece ser su propósito insensibilizar a la opinión pública mundial acerca del magnicidio como delito de lesa humanidad mediante la reiteración de noticias al respecto convenientemente manipuladas por los medios corporativos bajo su control o influencia.
Aunque se conoce de ejecuciones extraterritoriales sin juicio por parte del gobierno estadounidense en países desarrollados, la mayor parte de éstas se llevan a cabo en naciones del Tercer Mundo, generalmente con la anuencia de gobiernos serviles cómplices. Otras, mediante pago a bandas delincuenciales.
Cuando se trata de adversarios poderosos que fueron sus cómplices en asuntos muy graves y dejan de serles útiles, suelen actuar directamente usando sus enormes recursos de todo tipo para evitar testimonios embarazosos. Comienzan con la demonización del objetivo en la prensa local, regional y global -vinculándolos a notorios delitos del pasado que antes parecían ignorar- y pueden terminar con complejas operaciones especiales como las del asesinato de Rafael Leónidas Trujillo, en la República Dominicana, o el de Osama bin Laden, en Paquistán.
Cuando es su adversario un Jefe de Estado inconveniente que no pueden remover por los métodos habituales del golpe de Estado o brindando apoyo económico suficiente a la oposición, debido a que el objetivo disfruta de una clara legitimidad popular en su país, suelen llegar a aplicar mecanismos tan extremos de guerra irregular como los que han aplicado contra Cuba por casi 55 años o los que llevan a cabo para quebrar la voluntad independentista del pueblo venezolano, contra el que infructuosamente han ensayado tácticas y estrategias de todo tipo.
Es esa la razón básica por la que tanta gente en el mundo sospecha que la muerte del Presidente Hugo Chávez pudo haber sido inducida por los servicios de inteligencia estadounidenses, o por el de alguna otra nación por encargo de éstos.
Los venezolanos parecen dispuestos, en cualquier caso, a dar respuesta a las agresiones contra su proceso revolucionario en los comicios que tendrán lugar el 14 de abril próximo para elegir al continuador de la revolución bolivariana o al llamado a liquidar sus logros y su futuro socialista e independiente.
Abril de 2013
*Abogado, periodista, economista y politólogo. Profesor adjunto del Instituto Superior de Relaciones Internacionales (ISRI). Entre otros importantes cargos, fungió como Director Nacional fundador del Sistema de Información Tecnológica (TIPS) del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en Cuba y Secretario del Movimiento Cubano por la Paz y la Soberanía de los Pueblos.