Los cafeinómanos, o como yo prefiero llamarnos cafeinainómanos (no se, me suena mejor la palabreja) somos aquellos, entre los que me incluyo, adictos a la cafeína. Y no es de extrañar que el café, en cualquiera de sus variantes (café expreso, cortado, con leche, etc..) sea la bebida más consumida del mundo (quitando al agua, por supuesto), y la segunda mercancía comercializada, tras el petróleo (se estima que 125 millones de personas en el mundo viven de su cultivo). Esta adicción se debe a la cafeína, una xantina que se encuentra en las semillas de fruto del cafeto, siendo la droga psicoactiva más consumida del mundo (120.000 toneladas anuales), y además es legal.
En una entrada anterior titulada Café amargo, ¿por qué? comenté cuales eran los principales compuestos que le daban sabor amargo al café, entre ellos pero no el más abundante la cafeína. Pero es en la cafeína donde reside el poder adictivo de este brebaje, ¿por qué pasa esto?
Para comprender este hecho hay que presentar a los principales actores, la cafeína y la adenosina.
¿Qué son la cafeína y la adenosina?
fig. 1, estructura de la cafeína
La cafeína es un alcaloide perteneciente a la familia de las xantinas, al igual que la teofilina del té y la teobromina del cacao y otras sustancias endógenas tan importantes como la guanina, adenina y ácido úrico.
Es un alcaloide tóxico por ingestión [1], con efectos negativos sobre el sistema nervioso central y el corazón. Además está incluida en la lista IARC (International Agency for Research on Cancer) en el grupo 3. En una monografía editada por el IARC leemos que “There is inadequate evidence for the carcinogenicity in humans of caffeine” [2], es decir, que no puede ser clasificado respecto a su carcinogenicidad para el ser humano.
Cuando la ingerimos, entre otras consecuencias, inhibe a las fosfodiesterasas de nucleótidos cíclicos, que son los antagonistas de los receptores de adenosina y también modulan el manejo del calcio intracelular.
La cafeína actúa como un insecticida que producen algunas plantas para protegerse de los insectos y otros animales que quieren comerse sus hojas, semillas y frutos.
fig. 2, estructura de la adenosina
La adenosina es un nucleósido formado de la unión de la adenina (una base púrica) con un anillo de ribosa (también conocido como ribofuranosa).
La adenosina tiene una importante función en procesos bioquímicos, tales como la trasferencia de energía, en la forma de ATP y ADP, así como trasductor de señal en la forma de adenosín monofosfato cíclico o AMPc. También desempeña un importante papel como neuromodulador en el sistema nervioso central, a través de unos receptores ampliamente distribuidos en los tejidos del cuerpo y tiene efectos sedantes e inhibitorios sobre la actividad neuronal.
¿Por qué la cafeína es adictiva?
Primero que nada aclararé que el cerebro humano no está bien comprendido ni mucho menos. A la cafeína le pasa prácticamente lo mismo.
También destacaré que a cada persona le afecta de diferente manera la cafeína. Dependiendo el estado de animo, el estrés e incluso el ciclo menstrual la cafeína tiene un efecto mayor o menor.Durante la actividad cerebral, las neuronas envían los impulsos nerviosos a todos los rincones del cuerpo, produciendo como un subproducto adenosina. Esta adenosina es la que le indica que nivel de cansancio tiene el organismo (cuanta más adenosina, más actividad cerebral y más cansancio), por lo que la adenosina actúa como un modulador.
Cuando el cerebro, a través de los receptores de adenosina que tenemos repartidos por el cuerpo, detecta que el nivel de adenosina ha sobrepasado cierto valor, le indican que el nivel de cansancio es elevado y le empujan hacia el sueño o por lo menos hacia “bajar el ritmo”.
Cuando tomamos cafeína, debido a su estructura similar que imita a la adenosina, esta se une a los receptores de adenosina impidiendo que esta se una. Pero esta unión cafeína-receptor no los activa, por lo que el cerebro no detecta el cansancio y nos permite seguir. Como símil a esto podríamos poner el ejemplo de dos llaves y una cerradura. Sólo con una llave podemos abrir la cerradura (activarla) pero si hay otra llave introducida que no puede girar, no la abre y además impide que se introduzca la llave que sí abre la cerradura. Con estos receptores bloqueados por la cafeína, la dopamina y el glutamato pueden hacer su trabajo más libremente.Para contrarrestar este efecto “negativo”, el cerebro lo que hace es crear más receptores de adenosina por lo que para notar los efectos de la cafeína, cada vez necesitemos más cantidad de esta.
Ahora bien, empezamos a sentir retiro de cafeína muy rápidamente, algo así como en 12 o 24 horas después de su último consumo. Por eso es de gran importancia esa primera taza de café nada más despertarse, para evitar los primeros efectos de la retirada de cafeína. Las razones de la retirada son las mismas que con cualquier dependencia de sustancias: su cerebro estaba acostumbrado a operar de una manera con cafeína, y ahora de repente está trabajando bajo circunstancias completamente diferentes, pero todos esos cambios en los receptores todavía están en su lugar. Los dolores de cabeza son el efecto casi universal de cortar la cafeína, pero la depresión, la fatiga, el letargo, la irritabilidad, las náuseas y los vómitos pueden ser parte de su corte, también, junto con problemas más específicos, como espasmos musculares oculares.
Resulta curioso que una sustancia que resulta ser adictiva como la cafeína no sea ilegal (no es la única, a la nicotina le pasa igual). Esto se debe a que las sustancias ilegales (léase cocaína, heroína, etc…), que también son alcaloides como la cafeína, crean una fuerte adicción, y además de estos efectos adictivos tiene un fuerte efecto modificador de la conducta, cosa que no sucede con la cafeína o la nicotina. Y es en esta modificación de la conducta donde reside el porqué esas sustancias sean ilegales y otras no.
Referencias y fuentes de datos
Cafeína, un arma de doble filo
[1] Caffeine Material Safety Data Sheet
List of IARC Group 3 carcinogens
[2] Caffeine