La mesa Lack de Ikea es un clásico. Desde que la descubrí, bonita y barata (9,99 €) siempre tengo una a mi vera que se convierte en mesa auxiliar en cenas, comidas y actividades varias. No pesa nada y si molesta, se desenroscan las patas y es fácil de guardar.
Somos millones los que tenemos una mesita Lack. Sólo en el 2011, se manejaban cifras de 10 millones de mesas anuales expedidas desde la planta de Kättilstorp ( el nombre no podía ser fácil…).La Lack es uno de esos productos estrella de la tienda sueca. Una estructura tan sencilla que no puede ser fea, con un esqueleto liviano en su interior y diseñada para resistir pesos superiores a los 100 Kg.
También es muy normal customizar las mesitas Lack. En la red, hay muchísimas propuestas bonitas e ingeniosas. Esta con washi tape me gusta especialmente.
En el 2011, Ikea España colaboró con Unicef y pidió a famosos que personalizaran mesas Lack para después subastarlas. Una de las que más me gustó fue la de Ana García Siñeriz .
Las mesas Lack son, además, muy resistentes. La mía, me acompaña hace años y ya estaba un poco perjudicada. En vez de ir a por otra, he hecho eso que han hecho miles de personas: customizarla.
La pinté de color “Ocre Viejo” con la pintura Paint Chalk. Estoy alucinando con esa pintura, de verdad… Le ha dado un aspecto rústico impresionante.
Después, pinté flores marcianas en las patas…
Aproveché para reciclar un bastidor de esos de “fail” ( un error muy grande ; – ) y tener un cuadro a juego con la mesa ( y la maceta).
Arte-para-poner-ahí que lo llamo yo.