La dependencia emocional, aunque hasta ahora no nos hayamos dado cuenta, es algo que a casi todos nos ha tocado vivir en un momento u otro de nuestra vida. ¿Quién no ha creído que no podría estar sin el otro? Esto es hasta cierto punto normal y forma parte de la vida.
LA DEPENDENCIA EMOCIONAL
Lo realmente preocupante es cuando nuestra energía y nuestro estado de ánimo empieza a subir o bajar según lo que hagan o digan otros, cuando tenemos problemas a la hora de relacionarnos con los demás y cuando estos se convierten en una preocupación constante y obsesiva de tal forma que dejamos de ser dueños de nuestros actos y pensamientos y todo nuestro ser gira en torno a las necesidades o a los problemas de otras personas.
¿Cómo es el amor dependiente?
El amor dependiente es desequilibrado, amar demasiado al otro mientras se ama demasiado poco a sí mismo. En las relaciones dependientes, las fronteras del propio yo son frágiles o inexistentes. La atención se enfoca exclusivamente en el otro lado.
En una relación sana, la base para amar al otro es la autoestima. Cada miembro de la pareja se siente completo y realizado, se siente valioso y digno de ser amado. La pareja se centra en el «aquí y ahora» con perspectivas razonablemente optimistas en lo que se refiere a lo que pueda aportar al futuro.

En una relación dependiente no existe el mismo sentido de plenitud y relación entre ambos miembros de la pareja. El dependiente siente que le falta algo, tiene una sensación de vacío, desesperación y tristeza que busca remediar relacionándose con el otro. No ha resuelto satisfactoriamente su desarrollo. La relación se considera más como un medio para satisfacer la necesidad de amor y seguridad de uno mismo, que en compartir una experiencia.
Las relaciones dependientes se caracterizan por un exceso y una falta de amor, a la vez. Se ofrece al otro una sobreabundancia de amor y de atención casi obsesiva, al mismo tiempo que se concede pequeñísimas porciones a uno mismo. Cuando al otro se le entrega demasiada atención, interés y solicitud, el propio yo sale perjudicado y, finalmente, queda abandonado.
La pareja ideal .Aprende a encontrarla y mantenerla
El retrato que aparece es el de una relación unilateral en la cual uno de los dos aporta casi todo y el otro se limita a recibir. El que da depende del otro. Los papeles y relaciones de éste han sido aprendido en los primeros años de su vida y deben ser «desaprendidos» si se quiere formar y conservar una relación saludable.
Mejorar mis relaciones, pasa por estos pasos:
a) Tomar conciencia de las relaciones de dependencia que mantienen o han mantenido a lo largo de la vida.
b) Detectar y analizar cuáles son los comportamientos concretos que los llevan a actuar de manera dependiente.
c) Ser conscientes de las consecuencias negativas de dicha actitud de dependencia.
