Revista Espiritualidad

Soy el capitán de mi alma

Por Programadestres

 

Así termina el poema “Invictus” de William Ernest Henley, y al recordarlo hoy me vino a la memoria un curso que impartí donde me encontré con personas que no creían que podían cambiar su forma de actuar porque sentían que no  dependían de ellas mismas sino de los demas.

Su resistencia sobre este tema era tal que ni siquiera muchos de ellos quisieron realizar un simple ejercicio sobre el papel que propuse:

Les dijes que escribieran una lista sobre su rutina diaria, y después  que señalaran aquellas actividades que quizás pudiesen cambiar, ya fuera de prioridad, de forma de realizar etc. y como digo muchos de los participantes ni siquiera se plantearon hacerlo ya que argumentaban que no dependía de ellos, sino de otras personas.

¿Cuántas veces le otorgamos a los otros la potestad de nuestras circunstancias?

¿Cuántas veces delegamos la responsabilidad de crear nuestra propia vida?

“No importa cuán estrecho sea el camino,

ni cuán cargada de castigos la sentencia,

soy el amo de mi destino,

soy el capitán de mi alma.”


Creo que muchas más de las que nos gusta reconocer.

Solo desde el momento en que cambiamos nuestra forma de valorar nuestro propio ser y nos hacemos responsables de nuestra propia vida,  podemos empezar a comprender que la responsabilidad de nuestras emociones y circunstancias son sólo nuestras.

Podemos no estár de acuerdo o en consonancia con lo que los otros hacen o dejan de hacer, pero sí podemos cambiar la emoción que los otros producen sobre nosotros mismos, y desde luego podemos ser dueños de nuestra propia vida, porque somos los capitanes de nuestra alma.

¿Qué opináis?

 


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