No más levantarme a las cinco y media de la mañana.
No más del estresante tráfico de las seis de la tarde.No más a tomar café para no dormir en claseNo más trabajos. No más exposiciones.
Y sobre todo,
No más exámenes.
Ya sé que recién voy año y medio, pero no me pueden negar que la vida universitaria es agotadora, pese a que tiene sus ventajas. De momento, pienso disfrutar todos y cada uno de los días de vacaciones que tengo (que es casi mes y medio) antes de comenzar nuevamente a desvelarme por las noches y estresarme con tantas monografías. Sin embargo, sé que no me voy a dedicar a la lectura las veinticuatro horas de día, así que he armado una lista de cosa que cumplir en estos treinta días y pocos de libertad:
- Leer, leer y leer.
- Seguir leyendo, pero también en inglés, porque practicando se mejora.
- Disminuir mi lista de pendientes
- Ordenar la descomunal cantidad de papelería que hay en mi dormitorio.
- Ir a clases de conducción.
- Aprobar el examen de conducir y sacar mi brevete.
- Retomar las clases sabatinas de francés.
- Tejerme varias bufandas, que el frío se viene a Lima.
- Escaparme una semana a la sierra para disfrutar del aire puro y el silencio de lugar.
- Preparar chocotejas, bombones y toda clase de chocolates para la venta.
PD: Por cierto, ahora que estoy en época de "vagancia" el blog estará más que actualizado. Extrañaba pelearme con Blogger, con los código HTML y buscar imágenes para las reseñas. ¡Ahora sí vuelvo con todo!