Revista Educación

Soy un quejón

Por Siempreenmedio @Siempreblog

Soy hipocondriaco. Lo admito. Tengo una fobia terrible a todo lo que suponga dolor físico, enfermedad, medicamentos. Lo paso fatal. Ando todo el día quejándome. Me lo dijo Parafuso el otro día: “cuando te conocí pensé, este tío no hace sino quejarse”. Es verdad. Soy un quejón.

Y como todos los hipocondriacos que conozco, tengo una mala salud de hierro. Soy fuerte. Me recupero rapidísimo de mis jaquecas, de mis gripes, de mis dolores de barriga. Incluso una vez disolví un quiste sebáceo del miedo que le cogí al médico que me dijo que había que extirparlo.

¿A qué viene todo esto? Hace unos meses me diagnosticaron un pequeño problema gástrico. La solución pasaba por tomar un cóctel de medicinas cuyos solos nombres hicieron que me arrugara hacia dentro como una tortuga frente a un gato. Me mediqué, me sentí mal. Tenía nauseas, mareos, vértigos…

Y mientras paseaba por mis propias lamentaciones y miserias me acordé en toda esa gente que debe someterse a quimioterapia, a radioterapia, a antirretovirales, insulinas, diálisis, etc y pensé en cuanto de injusto tiene mi hipocondria, en cuanto de infantil y de injusta.

Siento mucho quejarme tanto, y me averguenzo de ello. Qué pequeños somos, y qué grandes parecen todos nuestros pequeños problemas.

Advertisement

Volver a la Portada de Logo Paperblog