Tras la aparición de Tennis for Two en 1958, por primera vez un videojuego lograba repercusión en el ámbito científico y académico gracias a que muchas revistas se hicieron eco del curioso juego de tenis, por lo que era de esperar que en cuestión de tiempo saldría más gente que se animara a crear proyectos similares. El problema estaba en que en esa época usar un ordenador para el entretenimiento no estaba bien visto ni aceptado, además, tener un ordenador en casa era algo totalmente impensable, el desorbitado precio y las enormes dimensiones (recordemos que algunos podían ocupar habitaciones enteras) no ayudaban a ello, por lo que todos estos avances estaban limitados y reservados principalmente a institutos y laboratorios. Ahí es donde entra en juego el prestigioso MIT (Massachusetts Institute of Technology), cuna de grandes avances en el mundo de la ciencia, la ingeniería, la economía, y por supuesto, como vamos a ver, los videojuegos.
1959: Mouse in the Maze, Tic-Tac-Toe
Los investigadores del MIT construyeron la computadora TX-0, famosa por ser la primera computadora basada puramente en transistores, pero lo que realmente nos interesa es que para el TX-0 se desarrollaron diversos programas informáticos, entre ellos 3 videojuegos:
- Mouse in the Maze: Juego protagonizado por un ratón que debía salir de un laberinto mientras recogía trozos de queso. Posteriormente apareció otra versión en que los trozos de queso fueron cambiados por vasos de martini.
- HAX: Más que un videojuego, era lo que hoy consideraríamos una demo, un programa informático para demostrar las capacidades gráficas y sonoras de un sistema.
- Tic-Tac-Toe: Al igual que el OXO, era un simple tres en raya.
Imagen del TX-0
1961-1962: Spacewar!
Estos juegos dejaron impresionados a los estudiantes y personal del MIT, entre ellos, a un tal Steve “Slug” Russell, un integrante del Tech Model Railroad Club (un club de estudiantes que construían modelos de ferrocarriles a escala) que era un gran apasionado de la tecnología. Un día, Steve Russell, al que apodaban Slug (Babosa) porque era vago y lento, entró emocionado al club porque el MIT había conseguido un DEC PDP-1, un nuevo computador que estaba destinado a revolucionar el mundo informático gracias a su potencia. La idea de Steve Russell era convencer a un par de amigos suyos (Wayne Witaenem y Martin Graetz) para hacer algo nunca visto gracias a las superiores capacidades técnicas del DEC PDP-1. Tras unas largas sesiones de ideas y proyectos, decidieron hacer un juego llamado Spacewar!, una idea que bebía de las principales aficiones de este grupo de jóvenes: las novelas y películas de ciencia ficción, especialmente las novelas de E.E. “Doc” Smith y las películas de Godzilla.
Imagen del DEC PDP-1
Spacewar! representaba una batalla espacial entre dos naves llamadas needle y wedge (aguja y cuña) que tenían que luchar entre ellas. Steve “Slug” Russell, haciendo honor a su apodo, estuvo a punto de dejar el juego a medias varias veces porque perdía el interés o no sabía como programar ciertas cosas, pero tras más de 6 meses y 200 horas de trabajo, logró terminar con éxito Spacewar! en un programa que ocupaba la friolera cifra (para esos tiempos) de 9KB. Pese a la simple idea inicial, el juego fue desarrollando conceptos más complejos y la versión final contaba con detalles como combustible y munición limitada, la posibilidad de saltar al hiperespacio (con lo que aparecías en cualquier lugar del escenario aleatoriamente) o la aparición de una estrella que los jugadores tenían que evitar porque su fuerza gravitatoria atraía la nave y podía llegar a destruirla al mínimo contacto.
Imagen de Spacewar!
Rápidamente se convirtió en todo un éxito, los estudiantes de la MIT incluso llegaban a hacer cola para poder jugarlo. Este éxito hizo plantear la posibilidad de patentarlo para poder venderlo, pero al final se descartó la idea y el código del programa fue liberado y distribuido mediante ARPAnet (el antepasado de Internet) al resto de institutos americanos, con lo que todos los institutos podían crear su propia versión. De hecho, fue tanta su popularidad que incluso DEC, la empresa que fabricaba los ordenadores PDP, decidió incluirlo de serie en todos sus ordenadores. Nacía así la leyenda de Spacewar!, el primer shoot’em-up de la historia y el videojuego más influyente hasta la posterior salida de Pong 10 años más tarde.
Jugando a Spacewar!
Actualmente solo queda constancia de un único ordenador PDP-1 en activo, está ubicado en el Museo Histórico de Ordenadores de Mountain View (California) y gracias al trabajo de restauración al que fue sometido en 2006 tenemos el privilegio de poder ver un PDP-1 real ejecutando Spacewar!: