Spain ya no es ‘different’

Hoy lunes continuamos con 2011. Ayer, y llevaban ya días haciéndolo, nos mintieron: nos dijeron que empezaba un nuevo año, pero fue un sueño, un suspiro. Hoy, primer laborable para quien tenga empleo, la realidad no deja lugar a dudas: vuelve a ser 2011, que tampoco fue un año con identidad propia, sino un reciclado de 2010 y éste un clon del ya ajado 2009. Este año V después de la crisis es la continuación del inicio del inicio de no se sabe bien qué. La información, a pesar de que nunca como hoy hemos tenido tantos medios para acceder a datos, parece una gota malaya que repite la misma cantinela en diferentes idiomas, pero siempre con idéntico mensaje: crisis, sacrificio, recorte. ¿Y cuál es la varita mágica que nos ha de ayudar a salir del atolladero? La de siempre, viejas fórmulas que enriquecen a unos pocos para nuevos retos que han de pasar por la justicia social. Si los que tienen el poder de llevar a cabo las medidas necesarias yerran en su diagnóstico, difícilmente van a poder recetar la fórmula adecuada. Desgraciadamente, es lo que está sucediendo.

Con este panorama, hasta los más pintados aconsejan a nuestros jóvenes más y mejor cualificados que se vayan fuera sin mirar atrás, no sea que queden convertidos en sal. Con ellos se va el futuro y la posibilidad de un cambio de modelo productivo que se aleje, aunque sea en parte, del país de albañiles y camareros en que nos empezamos a convertir con el Spain is different. Recortando en investigación y desarrollo, en sanidad, en educación, en cultura, en todo prácticamente excepto en fuerzas de seguridad del Estado (que serán muy necesarias, claro, para aplastar las protestas), sólo se consigue mantener con respiración asistida un sistema ya en estado terminal. ¿Por qué no dejar que muera con dignidad?