Hoy, gracias al reto Reposteras por Europa, organizado por Pili, de Tothom a la cuina, y de la repostera jefe de este mes de noviembre, que no es otra que Leire, del blog La Hondonada de los dulces, viajamos nada más y nada menos que al país preferido para los amantes del buen chocolate, en los que me incluyo: Bélgica.
Como debes de saber, porque seguro que eres un apasionado del chocolate como yo, Bélgica se caracteriza por la gran variedad y calidad de su chocolate, ya que, se dice que hay al menos unas 100 tipos, en todo el país e inunda los escaparates que se han convertido en uno de los reclamos turísticos por excelencia, por su originalidad, variedad...sobra decir que me muero de ganas por visitar el país, aunque sea simplemente para desconsolarme al recorrer sus calles y descubrir esos escaparates con encanto, jeje.
Otro de los reclamos turísticos dulces, que puedes degustar a cualquier hora mientras recorres la ciudad, ya que, son muy populares y tradicionales los puestos callejeros, son los famosos gofres, los cuáles, puedes acompañar de casi todo lo que te apetezca, como de chocolate caliente, nata, azúcar...un bocado dulce que no te puedes perder, si visitas Bélgica. Los de The Waffle Factory son de los más conocidos.
Los belgas tienen fama de comer bien y, en su cocina se utilizan normalmente productos regionales e ingredientes típicos de temporada. Es un país bilingüe, de habla francesa y neerlandesa y, por ese motivo, su cocina está influenciada por la francesa, en su mayor parte.
Olvidando, por un momento, el apartado dulce de la gastronomía belga, tengo que destacar sus famosas Frites (Patatas fritas), uno de los aperitivos que no puedes dejar de probar y que tienen la peculiaridad de estar fritas en grasa de buey y se suelen comer acompañadas por salsas con mahonesa. Otro de los platos principales son los Moules o los mejillones cocidos al vapor o las más de 80 variedades de queso que, como en Francia, se toman como postre.
Y como no puedo estar mucho tiempo sin volver al dulce, uno de las golosinas que más se consumen en el país son los Cuberdans o Neuzekes (narices, en español), denominados así por su forma cónica, hechos con almíbar de sabor a frambuesa o regaliz negro o el famoso Pastel de Arroz (Rijsttaartje), unas pequeñas tartaletas típicas de la región del Rin y del Mosa rellenas por una masa de arroz aromatizada con canela que, personalmente, me recuerda a nuestro arroz con leche.
Tras investigar entre los dulces belgas, no pude evitar decidirme por uno de los sabores más característicos del país, el de las galletas speculoos, famosas en el mundo entero, aromatizadas y especiadas con canela, nuez moscada, clavo, jengibre en polvo, cardamomo y pimienta blanca, uno olor que nos transporta directamente a la Navidad.
Tras pensar si hacer las galletas, que nunca las he hecho, me decidí por algo que he querido probar desde hace mucho, las galletas transformadas en crema para untar, la cuál, tenía claro antes de hacerla que me iba a quedar sin palabras al probarla, y no me equivoqué.
Tras decidirme, fui directamente al blog de Yaiza ¡Qué cosa tan dulce!, porque desde que vi la crema en su recetario no me la he podido quitar de la cabeza y, al fin llegó mi oportunidad de hacerla y de recomendar su blog, que no tiene desperdicio.
Y sin más, paso a explicarte esta rica y adictiva receta.
Ingredientes para la cantidad de crema de untar de Specullos que se ve en la foto (receta del blog ¡Qué cosa tan dulce!):
- 180 gr. de Galletas Speculoos trituradas.
- 80 gr. de Chocolate blanco.
- 140 ml. de Leche fría.
- 1/2 Cucharadita de Canela.
- 1 Cucharadita de Maizena.
- 2 Cucharadas de Miel.
- 2 Cucharadas de Azúcar Glas.
- 1 Cucharada de Aceite de Girasol.
- Lo primero que tienes que hacer es triturar las galletas lo más finas posible y las reservas junto a los 80 gr. de chocolate blanco.
- Separas 30 ml. de leche fría y le añades la cucharadita de Maizena y la reservas.
- Calientas en el fuego los 110 ml. de leche junto con el azúcar, la canela y la miel y, antes de que hierva, lo apartas y lo viertes sobre las galletas y el chocolate que tenías reservado hasta mezclar de forma uniforme la masa.
- Vuelves a llevar la masa al fuego, sin dejar de remover, y le añades la leche con la Maizena que tenías reservado. cuando espese la masa, lo apartas y le añades la cucharada de aceite de girasol y la viertes en el recipiente escogido.
- Cuando esté a temperatura ambiente, la reservas e la nevera para que termine de espesar et...Voilà!! Lista para untarla en el pan, como relleno en alguna de tus creaciones dulces, para añadir a otras recetas....o para comértela a cucharadas, cosas que estuve a punto de hacer, lo reconozco, jajaja.