Y es que Speed sigue siendo una de mis películas de acción favoritas. Es de esos films que te mantiene en tensión y pegado a la butaca desde el primer minuto hasta el último.
Vale que está llena de tópicos, tanto en acontecimientos como en la construcción de los personajes. Vale que han pasado veite años y que sus efectos especiales y el sonido, ya no deslumbran como entonces. Vale que, en algunos momentos, las lineas de guión resultas casi ridículas.
Pero, a pesar de todo ello, es jodidamente divertida y entretenida. Gracias a ella descubrimos a unos Keanu Reeves y Sandra Bullock en pleno despegue de sus carreras. No son estos los papeles de sus vidas, pero para lo que les exige el guión, están más que bien.
Tampoco me puedo olvidar de la maravillosa banda sonora de Mark Mancina que acompaña a la pefección el ritmo endiablado de toda la película. Y un montaje soberbio, que también estuvo nominado al Oscar y no ganó. Sin embargo sí que se llevó los Oscar a Montaje de Sonido y Mejor Sonido.
Sin duda, aunque a menudo olvidada, Speed es uno de los máximos exponentes del cine de acción de los 90 y de la historia del cine en general.
Lo mejor: Su ritmo adrenalínico. El montaje. La banda sonora.
Lo peor: El villano interpretado por Dennis Hopper tiene algunos momentos ridiculillos, al igual que algunos secundarios.
Ficha en IMDB: http://www.imdb.com/title/tt0111257/