Cuesta mucho ver a un equipo de Bielsa siendo tan superado como lo fue esta tarde en Portugal. Porque a pesar de tener ‘malas tardes’ el argentino le imprime a sus dirigidos una dinámica que hace disimular los bajos rendimientos con predisposición a la hora de colaborar con el equipo. ¿Un equipo de Bielsa no puede perder acaso? Obviamente sí. Pero no deja de sorprender como el Sporting de Lisboa se puso el traje del Athletic de Bilbao y con una entrega suprema borró de la cancha a los vascos a pesar del resultado tan exiguo.
Los equipos del Loco siempre muestran un despliegue que según el propio Pep Guardiola ‘es imposible de equiparar’. Por eso lo que hicieron los portugueses dirigidos por Sá Pinto es una gran muestra de personalidad. Desde el comienzo del partido se vio a un local protagonista, asfixiando a Muniaín y De Marcos para que estos no generen situaciones de peligro. Sin embargo, dentro de su plan al Sporting le faltaba una cosa: generar riesgo en el arco de Iraizoz.
Y lo terminó pagando sobre el comienzo del segundo tiempo, cuando Aurtenetxe aprovechó un mal despeje de la defensa lusa para fusilar al arquero y adelantar, muy inmerecidamente a los visitantes. El partido se emparejó porque los portugueses sintieron el golpe y los vascos se agrandaron. Pero el desgaste le terminó pasando factura y el Athletic la terminó ‘sacando muy barata’. Porque Diego Capel hizo lo que quiso por el lado izquierdo de la defensa biscaína y primero con un centro que terminó cabeceando Insúa (de gran partido). Luego el propio español dictó sentencia con un gran remate de media distancia y el equipo de Bielsa mostró los peores 15 minutos de esta temporada. Pudo ser -debió ser- mayor la diferencia entre uno y otro. Por eso debera sudar sangre el Athletic para meterse en la final de la Europa League y para ello deberá hacer explotar la Catedral de San Mamés en siete días…
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