“Vuelve a casa por Navidad” ha sido uno de los eslóganes más famosos de la publicidad española. Como señala quien ha reunido estos 4 anuncios, en España no podíamos celebrar la Navidad hasta que la melodía del “Vuelve a casa” sonaba en nuestros hogares y en la televisión.
Estos cuatro spots de El Almendro forman una unidad: es idéntica la música (aunque con matices, por el paso del tiempo), y también la letra y –sobre todo- el mensaje: la idea del reencuentro. Son historias sencillas, preciosas, que rezuman nostalgia y deseo volver a las raíces. Y, sin embargo, entre el primero y el último pasaron casi tres décadas: desde principios de los setenta a finales de los noventa.
Todas las historias tienen como centro la familia y la vuelta a casa. En todas se da el reencuentro de los hijos con los padres (sobre todo, con la madre) tras una larga ausencia:
- El hijo estudioso, que logró un puesto brillante en la ciudad, y que recibe un Christma desde el pueblo que abandonó. Su vuelta a los amigos, a la casona, a la familia... será como su vuelta a la infancia.
- La hija aventurera, que tras un largo viaje regresa al pueblo marinero que un día dejó atrás: al ver las gaviotas surcando los aires, afloran los recuerdos. Cuando abraza a su padre, que sigue reparando la vieja barca, es como si volviera a nacer.
- El joven piloto, que navega siempre en mares agitados, y que un día recibe el permiso para volver con su madre. Atareada en la cocina, ella intuye su presencia, y se vuelve antes de oírle: porque sabe que va a volver.
- Y, finalmente, el novio que espera sin esperanza en el andén de la estación. Nadie baja del último autobús, pero él se queda. Y al final aparece ella, que ha vuelto a verle por Navidad: también el cariño ha vuelto en su vida por Navidad.
Todas las historias guardan un cierto paralelismo: la vuelta a casa, a la familia, al reencuentro en el hogar, tiene su reflejo en la vuelta al terruño, a las raíces, a los recuerdos de la infancia.
Que los disfrutéis. Que volvamos a casa -y a la infancia- en estas fechas. Y que tengáis una muy feliz Navidad.