Jaume Figa, director de la revista +1 de UIC Barcelona me envía este simpático anuncio elaborado por la agencia Bardzo para una web de regalos y compras por internet.
¿Recuerdas aquel anuncio navideño polaco donde un señor mayor quería aprender inglés? Fue elaborado por Bardzo para una empresa de regalos, Allegro, que ahora vuelve a la carga con otra campaña aún más emotiva a la que saca el máximo partido. Se trata de un bellísimo storytelling, en línea con los grandes spots de los últimos años.
La historia se sitúa en el presente, con la apertura de una caja de regalos de la empresa Allegro. Antes de que conozcamos su contenido, la acción se traslada al pasado y vemos a una niña que muestra a su madre la invitación a una fiesta de disfraces. Madre e hija se apresuran a ir a la tienda en busca de un vestido llamativo, pero cuando han elegido uno, se dan cuenta de que otra niña del colegio se les ha adelantado. Empieza entonces la búsqueda incansable de la madre, que roba horas al sueño para dar con el disfraz apropiado. Se desvive y estruja al máximo su creatividad, pero todas sus propuestas resultan en vano: el dinosaurio, el papagayo, el astronauta, la momia... Ninguna opción satisface a la pequeña, que se nos antoja un tanto caprichosa. Y lo más angustiante es que la madre no sabe por qué nada le gusta. Cuando está a punto de renunciar, su hija le muestra en una tablet las distintas opciones de Allegro…
Volvemos a la escena inicial. Se abre por fin la caja de regalos y aparece, por contraste, un vestido muy sencillo, sin adornos, que no destacará en la fiesta de disfraces, pero que colma todas las ilusiones de la niña. Cuando por fin llega a la celebración, ella camina feliz y orgullosa, como si fuera la reina de la fiesta. Su madre sigue desconcertada, hasta que descubre lo que su hija ha estado buscando en todo ese tiempo.
Cae al fin la venda de sus ojos, y la madre descubre la completa devoción que su hija siente por ella. La elección final de la pequeña es, sin duda, una gran lección para todos.
Felices Pascuas. Y que la buena publicidad nos acompañe siempre.