Rafael Cañizares, seguidor del blog y amante de la buena cerveza, me envió hace semanas la campaña de Cruzcampo "Hecha de Andalucía".
Para este 28-F que en el Sur de España celebramos "El Día de Andalucía", me parecía un buen momento para ponerlo. Porque es simpático, divertido, amable; porque trasmite optimismo y ganas de vivir; pero, sobre todo, porque habla de un valor que hoy necesitamos recuperar: el patriotismo, el sano orgullo por las propias raíces.
Sí, reconozcámoslo. Hoy está de capa caída ese aspecto de la virtud de la piedad: no en el sentido de compasión hacia el que sufre, sino el de la "pietas" clásica: la virtud que nos lleva a reconocer y agradecer todo lo que hemos recibido de nuestros mayores: de nuestros padres, de nuestros maestros y de nuestra tierra.
En el sentido más alto, la piedad nos lleva a reconocer lo que hemos recibido de Dios: la vida, el ser, sus dones, su ayuda siempre. En un segundo nivel, la piedad nos lleva a reconocer lo que debemos a nuestros padres; y, en consecuencia, a desear cuidarles -más aún, cuando están impedidos- porque nos han transmitido la vida, la educación, su cariño... Después, la piedad nos lleva a reconocer lo que debemos a nuestros maestros. Y, finalmente, la deuda con nuestros antepasados y con la tierra en la que hemos nacido.
De nuestra tierra hemos recibido mucho: una cultura, un carácter, un paisaje, una forma de ser. Eso no nos separa de quienes tienes otra tierra y otras raíces, pero sí nos proporciona identidad. Sabemos quiénes somos. Eso es un valor que compartimos y que, siendo cada uno único e irrepetible, a la vez nos hace compatriotas; de alguna forma, hermanos. Yo, que no nací aquí pero que llevo en Andalucía 19 años, siento una enorme deuda de gratitud por todo lo que he recibido en esta tierra.
Esta es una campaña en la que Cruzcampo se enorgullece de sus raíces andaluzas. Y rinde un precioso homenaje -a la vez poético y divertido- a la impronta de esta tierra: "El andaluz no es un acento, es un castellano entre amigos. Nuestros trajes no se lucen, ¡son de luz! En Andalucía no nos dan miedo los cuernos, los toreamos. No andamos por la calle, ¡la vivimos!". Por eso aceptamos la chispa y la gracia de esta sentencia: "Y en Andalucía no exageramos, son los demás los que se quedan cortos".
Sí, el orgullo por las raíces es el gran valor de este anuncio. Ahí está nuestro carácter y nuestra historia, cuanto amamos y somos. Porque, en parte, es verdad que estamos "hechos de Andalucía". ¡Y es bueno que nos llenemos de orgullo!