El hombre de nieve es un cuento de Hans Christian Andersen sobre un muñeco de nieve que se enamora de una estufa. Fue publicado por C. A. Reitzel en Copenhague el 2 de marzo de 1861 con el título Sneemanden.
Este anuncio es una bella adaptación de esa historia. También aquí unos niños alegres y juguetones construyen una pareja de muñecos de nieve. Él y ella. Pero una noche él desaparece. Todos lo sienten. De modo especial ella, que nota el vacío que ha dejado su compañero; y también la niña, que desde la ventana contempla la escena: ella entiende muy bien esa nostalgia, porque también echa de menos al muñeco...
Una preciosa historia de amor. Una historia enternecedora de Navidad, con un mensaje claro: en estos días, regala un poco de amor a quienes tienes cerca. Personalmente, me ha parecido de lo mejor que he visto en la publicidad navideña de los últimos años. A esa historia tierna, le acompaña una fotografía excelente: es increíble cómo consigue que el espectador sienta lo que está viviendo el muñeco de nieve en su largo y azaroso viaje. Lo vemos -lo sentimos- a través de la expresión de su cara, con apenas dos piedras, unas ramitas y una zanahoria.
Un aplauso a John Lewis, la empresa de regalos que ha impulsado esta campaña. Y no sólo por este spot: en su línea de comunicación está el hacer anuncios en favor de la amistad, del amor y de la familia. Todos los años se espera su anuncio de Navidad, porque siempre nos regala belleza, emoción y sonrisa en su particular mensaje navideño. Ojalá todos nos contagiáramos de ese espíritu de la auténtica Navidad.