Alrededor del mundo existen gran cantidad de hoteles que recrean el ambiente de una cárcel, como si el huésped fuera un prisionero, o incluso cárceles que han sido convertidas en lujosos hoteles. Este segundo caso es lo que le pasó a Stadt Hameln, un hotel de cinco estrellas situado la ciudad de Hamelin, en Alemania y que, antiguamente, servía como cárcel al régimen nazi. Actualmente, además de lujo y confort, el Stadt Hameln permite a los visitantes tener una noche especial y diferente intentando recrear las penurias que allí vivieron los encarcelados de la Segunda Guerra Mundial. Para ello, visten a sus huéspedes con un pijama de rayas y les ofrecen un menú para prisioneros compuesto por bebida y pasta de prisionero. Asimismo, cuando llega la noche los huéspedes son llevados en filas a un pabellón compartido. Cuando alguno de ellos quiera ir al baño, entonces serán acompañados por un guardia de seguridad.
Esta actividad complementaria del hotel intenta que el huésped se haga una idea de las vejaciones y torturas que tuvieron que sufrir los prisioneros durante la época nazi en aquel mismo lugar. El Stadt Hameln fue construido en 1827 como lugar donde, además de torturar a los judíos, también se realizaban ejecuciones, de ahí a que sea un lugar bastante duro. En 1993 decidieron reconstruirlo como hotel de lujo y, hace sólo unos años, se decidió crear este tipo de oferta para los turistas. Sin embargo, las familias de las víctimas han mostrado su desconformidad con estas actividades, ya que lo consideran ofensivo y de mal gusto.
Sin embargo, Stadt Hameln no es el único hotel cárcel del mundo, sino que hay otros como el Liberty Hotel, en Boston; Hosel Celica, en Eslovenia; el Hotel Langholmen, en Estocolmo; o The Old Jail, en Australia.