“Ahora me pillas en stand by”: la expresión se ha castellanizado. Estamos en espera, pero nunca apagados. A la espera -interminable espera- de resolución. Esperamos a que se conceda un crédito, a que nos llamen para un trabajo. Esperamos que se resuelva una situación sentimental complicada o que finalice el barbecho sentimental para que el corazón sea cultivado. El stand by humano quema. El pequeño LED del alma sigue encendido, y eso, consume. La espera, una forma de humillación en algunas culturas, gasta energía. Todos lo sabemos: “El que espera, desespera” (versión 2.0: “todos nuestros operadores están ocupados”).
Ahora, que invertimos términos y los ciudadanos somos reflejos de los perecederos electrodomésticos (nos apagan cuando hacemos ruido, nos cambian por aburrimiento o pequeños defectos), podemos sentir aquello de que la energía “ni se crea ni se destruye, sólo se transforma”. Hay ejemplos de grave impaciencia energética no humana, como el de las impresoras, que consumen dos tercios de su energía en espera. La suma de la energía de todos los aparatos en “vigilia eléctrica”, puede llegar al 16% por ciento del total de un hogar. ¿Cómo es posible? Entre otros motivos, porque, como es el caso de los routers ADSL o los cargadores de móvil, algunos aparatos se conectan a la corriente a través de pequeños transformadores que siempre consumen, salvo que no estén enchufados. Pero no sólo se trata de eficiencia energética, sino de prolongar la vida útil de los componentes. El calor continuado que genera el modo de espera termina por quemar los circuitos -si habéis llamado a un servicio de atención al cliente, sabéis a que me refiero.
Nuestros consejos para ahorrar:
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Utiliza el botón de apagado REAL. Si un piloto está encendido, lo más probable es que no esté realmente desconectado.
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No utilices el salvapantallas. Además -desengáñate- nadie quiere ver un “slide show” con las fotos de tus vacaciones.
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Compra electrodomésticos clase “A”. Te lo agradecerá el medio ambiente y la factura de la luz.
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Miccionando un poco fuera de tiesto: El stand by de la carretera, el motor al ralentí del coche, es una ignominia energética. Aunque vayas a aparcar 5 minutos en doble fila, apaga el motor (¿para qué lo quieres encendido? ¿Vas a atracar la tienda? Ah… En ese caso, déjalo encendido).
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Lo más importante: Utiliza regletas con interruptor. Cuando pulses el botón todo lo que esté conectado dejará de consumir, incluidos los recalcitrantes cargadores.
Cooliflowerenses, sí queréis conocer el mejor Stand by, ved el clip a continuación.