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Título original: Star Wars: Episode VIII
País: Estados Unidos
Duración: 150 min.
Género: Aventuras, Acción, Ciencia ficción, Fantástico.
Reparto: Adam Driver, Mark Hamill, John Boyega, Oscar Isaac, Carrie Fisher, Gwendoline Christie, Benicio del Toro, Gugu Mbatha-Raw, Jimmy Vee, Domhnall Gleeson, Lupita Nyong'o, Andy Serkis, Anthony Daniels, Peter Mayhew, Tom Hardy, Laura Dern, Simon Pegg, Warwick Davis, Gareth Edwards, Tim Rose, Mike Quinn, Mark Lewis Jones
Distribuidora: Walt Disney Pictures
Productora: Walt Disney Pictures, Lucasfilm
Música: John Williams
Fotografía: Steve Yedlin
Diseño de producción: Rick Heinrichs
Guión: Rian Johnson
Montaje: Bob Ducsay
El cine es arte pero también es entretenimiento y diversión, sirve para disfrutar y vibrar, algo que relacionamos con la infancia y la adolescencia, en las que las emociones son nuevas y quizás por ello parecen más intensas (seguramente lo son), pero uno puede transportarse y vibrar también cerca de los cincuenta . Bueno, pues eso mismo me ha pasado con esta entrega de Star Wars, como también me pasó (quizás en menor medida) con la inmediatamente anterior.
No voy a defender que “Los últimos jedi” sea una película redonda, ni que sea una gran película (no creo que nadie lo piense), pero sí que puedo asegurar que se me pasaron sus ciento cincuenta minutos en un suspiro, que me entretuvo a rabiar, que me emocionó por momentos (sí, sí, con los mismísimos de corbata y todo), que me sorprendió en otros y que me hizo pasar una de las mejores tardes delante de una pantalla durante este año.
Dicho lo dicho advertir a los puristas, a los fans acérrimos de la saga y a los críticos más exigentes que hay que rebajar las espectativas, tienen una pista evidente del director a modo de guiño cómico de que, precisamente por ser esta franquicia una saga dirigida al entretenimiento, no hay que tomársela tan en serio (Que luego nos dedicamos a sacarle punta como no hacemos con ninguna otra película, a comparar con obras maestras que quizás sean irrepetibles como las dos primeras entregas y a situarla en un ranking que no deja de ser un poco tiquismiquis y frikie dentro de la saga). Es un momento muy esperado que conectaría con el final de “El resurgir de la fuerza” y en el que de pronto la historia nos da un sopapo y con ella su director y guionista (Rian Johnson) y todo da un vuelco, como indicando que ni nos tomemos las cosas demasiado en serio ni tampoco pensemos que las cosas van a ser como imaginamos.....no tardamos mucho después en verlo claro con más giros.
Uno de los grandes aciertos de J. J. Abrams como reactivador de la saga de Star Wars ha sido elegir a Rian Johnson como director (¿Habéis visto “Looper”? Si la respuesta es no, deberíais, no porque sea indispensable, sino porque ya anticipa lo que este director puede ofrecer). Johnson, que además es el guionista de la película, ha conseguido algo tan complicado como ser respetuoso con todo lo anterior yendo más allá, haciendo un homenaje a la saga original como lo hizo “El resurgir de la fuerza” pero cambiando el rumbo lo suficiente para encontrarnos con nuevos horizontes argumentales; ha innovado sin perder la esencia; ha arriesgado siendo a la vez conservador y ha cerrado en gran parte el viejo Star wars (supongo que el cierre definitivo será con la entrega siguiente) para abrir otro distinto que empezará más allá del episodio IX con un Universo distinto (Cuando la veais os daréis cuenta que lo que veremos en el futuro cambiará ciertos lugares comunes. En ese caldo de cultivo de lo que está por llegar hay una nueva forma de entender todo y surgen nuevas esperanzas. Hay un personaje concretamente que dice una frase que podría ser el lema de la resistencia para luchar contra la Primera Orden y que modifica en parte todo lo que esperábamos y lo que ya hemos visto). Star Wars experimenta desde dentro su propia transformación como la vida misma, lo viejo deja paso a lo nuevo y cosas que creíamos ciertas pueden dejar de serlo.
Argumentalmente la película no tiene un protagonista claro. Tenemos a Rey por un lado acudiendo a buscar a Luke, a Finn por otro, a Poe Dameron, a Leia, incluso Kylo Ren que va ganando peso dramático. Todos tienen su importancia en la trama, todos son importantes, a todos se les concede un tiempo para describirlos bien, todos están bien desarrollados y se nos explican correctamente sus motivaciones (las de ellos y las de nuevos personajes muy interesantes que van a apareciendo), así que aunque el argumento no es complejo, sí que se deshilacha en varias subtramas que hacen que la película sea muy coral, muy atomizada narrativamente, muy entretenida. Para mi gusto todo eso está bien desarrollado, bien montado, con un buen sentido del ritmo fílmico y aunque en mi opinión, hay algunos pasajes que se podían haber acortado o incluso se podría haber prescindido de ellos, también pienso que como en una gran orquesta todas las partes crean un conjunto armónico que te va conduciendo a un final in crescendo que a mí me pareció magnífico.
Sin destripar nada os puedo decir que hubo un momento a mitad de película que me pareció que todo deceleraba, que tras un comienzo a toda máquina, las tramas de pronto se encaminan hacia lo habitual, empiezan a perder gas y todo parece dirigirse hacia territorios argumentales previsibles y en el fondo ya vistos, pero ¡¡¡Voilá!!! De pronto ¡Sorpresa! Las cosas no son como te la imaginabas y el argumento recobra vida y fuerza para lanzarte hacia un tramo final que gustará más o menos pero es una montaña rusa de acción y emociones.
Es muy difícil hablar de “Los últimos jedis” sin caer spoilers, sólo os diré que pocas veces últimamente he tenido esa maravillosa sensación de sentirme como un crío de siete años (esa edad tenía cuando vi en el cine “La guerra de las galaxias”, es decir, el que ahora es el episodio IV pero fue el primero) y sólo por eso lo que han conseguido esta vez lo aplaudo sin reparos. Esto es lo que yo quiero que me den con “Star Wars”, no me hace falta que sea una película perfecta, quiero que me hagan vibrar, que me emocionen con los personajes, que me hagan querer ver más Star Wars y vaya si lo han conseguido.
Y lo han conseguido porque visualmente la película es una pasada, porque los efectos son increíbles, porque la banda sonora te transporta, porque la acción es trepidante, porque está bien montada, porque la dirección artística es una maravilla, pero sobretodo porque hay respeto por el espectador que está sentado en la butaca. Se ha cuidado a los personajes, se ha cuidado sus motivaciones, se le ha dado a la historia dramatismo, pero también comedia (puede que alguna cosita sobre, pero en nuestras vidas reales lloramos y reímos), se han esforzado porque nos identifiquemos con los buenos, pero también con los malos (lo voy a decir sin tapujos, Adam Driver es un actorazo), hay conflictos personales, hay emoción, hay sucesos que ocurren sin que lo esperes…..Yo aplaudo a rabiar (también hubo aplausos en el cine a mitad de película y al final, ¡qué final!) y por el momento me voy a olvidar de las pegas, que haberlas haylas.
Por favor, seguid así, por favor dadle más trabajo a Rian Johnson.