Luego del inesperado éxito que Spielberg había cosechado con su divertida, y aterradora, Reto a muerte, era cuestión de tiempo para que diese el salto al cine como tal, y desarrollase una historia para dicho formato, alejándose de una vez de la televisión. El titulo de su opera prima, su “debut” fílmico llevaría por nombre The Sugarland Express, la cual toma por nombre la ciudad hacia donde trascurriera el clímax de la historia, misma que, dicho sea de paso, esta inspirada en hechos reales. Así pues, el primer trabajo formal de Spielberg fue una historia no suya, sino adaptada de la vida real al cine. Y no me extraña, pues pudo hacer uso de mas de un recurso que distinguiría a su carrera fílmica posterior.
The Sugarland Express nos presenta la demente aventura que una pareja de enamorados, interpretados por Goldie Hawn y William Atherton, deberán hacer através del estado de Texas para rescatar, o mejor dicho, raptar, al hijo de la pareja, el cual, por razones mas que evidentes, fue separado de estos mismos debido a sus tendencias criminales y por ende a la negativa influencia que tendría en el pequeño infante. Ahora que ambos están libres de la cárcel, de una u otra forma, decidirán ir en busca de su hijo sin importar las consecuencias. Y con consecuencias me refiero a tener a toda la policía detrás de ellos, suponiendo, apenas trascurridos quince minutos, que la cosa terminara muy mal.
El que Spielberg eligiese un trabajo ambientado en “acontecimientos reales” me dice que pretendía experimentar las herramientas y potenciales del cine para después, en años posteriores, poder filmar historias que tenia en mente desde pequeño. No lo considero erróneo, sino inteligente, pues pretendía demostrar a los productores y estudios hollywoodenses que tenía talento, el cual puede sacar a relucir durante la historia que nos ocupa, pero desafortunadamente es muy aislado y hasta cierto punto irrelevante. El mostrar la travesía que esta pareja de individuos hacen, en compañía de un oficial de policía, interpretado correctamente por Michael Sacks, que mas que acompañante es un rehén de la irreverente pareja; nos supone un claro problema, el cual es que la película pueda tornarse aburrida y predecible.
Si bien lo primero no se cumple, al menos no en su mayoría, pues Spielberg logra darle ritmo a un relato carente de emociones, el segundo factor, el que sea predecible, se logra intuir por parte del espectador en cada momento, por ello es que el desenlace no sorprende a nadie, aunque si somos realistas, este tipo de historias siempre terminan de la misma manera. Lo que si logra retratar de forma adecuada Spielberg, y con mucha sobriedad, es el cinismo del ser humano en general. Que este par de individuos traten de recuperar a su hijo genera en la población aledaña un sentimiento de heroísmo y fraternalidad con estos sujetos, cuando en realidad, muy en el fondo, y una vez acabado esto, poco o nada les importara el destino de la fugaz pareja de enamorados. Spielberg sabe retratar eso, aunque nunca llega a manejar con maestría como lo hiciese Sidney Lumed con su excepcional Tarde de Perros.
Pese a ello Spielberg sabe lo que cuenta y nos da a entender las posibles posiciones de cada bando. Por un lado la pareja, la cual no son mas que un par de niños tontos que sueñan y viven en la fantasía, mientras que por el otro lado, la policía se muestra cruel, pero consciente de los terribles actos que deberán seguir para detener a estos “héroes” populares. Así como también encuentro adecuadas las actuaciones, resaltando por mucho una divertida Goldie Hawn que es sin duda, lo mejor de la película. Lástima que no todo aquí fuese equitativo, pues como lo puse en el encabezado, Spielberg se tropieza mas de una vez al tratar de experimentar lo que puede hacer. Por ello es que secuencias innecesarias y hasta irrelevantes como los dos policías en sus carros color verde, el trío de cazadores que intentan matar a la pareja o ese nefasto personaje secundario que se nos es presentado casi al inicio del filme como un alcohólico y que debería de dar risa, aunque sea involuntaria, en lugar de enriquecer el relato, lo degradan y entorpecen.
Es un tanto decepcionante que Spielberg no haya puesto su potencial máximo en toda la película, tal y como lo hiciese con Reto a muerte, pues escenas formidables tiene aquí, como la escenificación de El coyote y el correcaminos o la intervención de la prensa en la carretera. Una lástima pues Spielberg contaba a su lado con el fotógrafo Vilmos Zsigmond y con el músico John Williams, con el cual sostendría una amistad que perduraría hasta el día de hoy. Y hablando de Willias creo cumple en su trabajo, aporta algo de vida y atmósfera a los personajes, pero dista mucho de ser uno de sus mas inspirados trabajos. En resumidas cuentas, creo que The Sugarland Express es un irregular relato que Spielberg trata de convertirlo en una aventura cinematográfica, pero se queda en el intento, pues no era una historia ni con potencial ni mucho menos con interés. Sin embargo su próximo trabajo no solo sorprendería a medio mundo, sino que se convertiría, al menos para mi, en su mayor logro como director.