Sticker descoloca los conceptos vigentes en la hostelería del Barrio de las Letras. Moderno, rompedor, vanguardista, este restaurante de diseño puntero sirve “platos tradicionales con un vuelco”, en raciones y tapas dispuestas para compartir. No en vano, sus mesas, su decoración, su larga barra y sus sofás parecen esperar que acudan buenos amigos a cualquier hora, que se arrellanen con un copazo o que jueguen en la mesa redonda a jurado de Masterchef mientras Emilio Salas, el cocinero, decide por ellos la comanda. Es mejor escuchar en Sticker, porque lo más interesante casi siempre se está cociendo fuera de carta.
Salas y su socio Ismael Rodríguez han creado un concepto ‘de quita y pon’, como la pegatina que da nombre al restaurante. El objetivo es recuperar el tapeo de alta calidad sin que duela el bolsillo con una carta corta, ligera. Nada dura mucho en Sticker si no tiene una gran aceptación de público porque en este restaurante siempre están investigando, probando, experimentando. Se lo pueden permitir. Salas tiene una vasta formación y experiencia en la gastronomía española tradicional, pues ha trabajado con Martín Berasategui, en los restaurantes XA y La Paloma de Madrid y ha colaborado en Rita & Champagne.
Este poso le sirve para reinterpretar platos de siempre a pequeño tamaño y a buen precio. Deliciosas croquetas de chipirones con alioli de pera, nido de huevo mollet en crocanti de cacahuetes, vasos de yogur de queso manchego con jamón, torpedos de langostino, bastones de berenjena, cerezas de foie o platos más contundentes como rabo de toro, dorada, distintos cortes de carne o ahumados para agradar a todos los paladares. Salas está pendiente de asesorar a los clientes y también de recibir sus opiniones (de hecho, no nos gustó el carpaccio y no nos lo cobró…), sugerencias que recoge para seguir configurando la carta.
El restaurante también apuesta por selecciones poco habituales en su carta de vinos, gracias a la ayuda de un sommelier. Como la oferta es estrecha y no tiene nombres conocidos, permite a sus clientes traer su propio vino bajo la opción del descorche. Además, tiene en carta champagne Pommery, para demostrar que esta bebida no es un privilegio de ricos y que marida excepcionalmente con alguna de sus propuestas, y cerveza Brabante, con la que comparten lemas como orgullo, fuerza o independencia.
De quita y pon son los platos de la carta, las selecciones en las bebidas y también, el mobiliario. Los dueños de Sticker no quieren aburrirse de su entorno y como sus gustos son variados (el arte, la moda, la música, el deporte, la decoración, el cine, la fotografía), localizan artistas que les gustan para que participen en el restaurante. Su decorador Gonzalo Santana elige piezas únicas (que están a la venta), el mural de aires graffiteros es de Marcos Arribas y las cabezas de animales de papel maché son de Woopaper. Cada mes, organizan exposiciones y muestras de distintas disciplinas, que den aún mayor vida y diversidad al espacio. Anímate a reunir a tus colegas o a
Los datos: Sticker. Calle Prado, 15. 914 29 03 51 Horario: todos los días, de 09:30 a oo:00h (viernes y sábado, hasta las 01h) Precio: 15-20€ de media; menú del día, 15€; guiso, con bebida y postre, 8€. Sigue sus novedades en su página de Facebook y su cuenta de Twitter.
Fotos: Alber Sánchez
Puzzle Bobble
Karate Blazers
Puzzle De Bloques
Magical Cat Adventure