Título: StonerAutor: John Williams Editorial: Baile del sol Año de publicación: 2010Páginas: 242ISBN: 9788415019343
Lo primero que quiero hacer es confesar que no conocía ni este libro ni a su autor, John Williams, hasta que, muy amablemente, Baile del sol me lo envió a casa hace unos meses. Y lo segundo que quiero hacer es precisamente darle las gracias a esta editorial por haberme dado la oportunidad de descubrir un autor y una obra con la que he disfrutado muchísimo.
Stoner es el título del libro y el apellido de su protagonista. William Stoner es un joven gris, simple, triste, un hombre del montón, que pasa desapercibido, que nunca se mete en líos y no hace daño a nadie. Vive con sus padres en Missouri, donde les ayuda a trabajar en la granja y los campos que dan de comer a toda la familia. Obedeciendo los consejos de su padre, en 1910, con 19 años, se convierte en estudiante de la Facultad de Agricultura de la Universidad de Missouri. Su idea es estudiar los cuatro años de la carrera y regresar a la granja para seguir ayudando a su familia.
Pero un profesor muy especial y particular, Archer Sloane, se cruza en su camino y cambia completamente sus planes, su vida, su presente y, sobre todo, su futuro. Obedeciendo a Sloane, porque da la sensación de que Stoner no sabe decir que no, cambia la Agricultura por la Literatura, se doctora y se convierte en profesor.
No sabe si le gusta o no, no sabe lo que quiere, lo que desea, Stoner se deja llevar, arrastrar por los acontecimientos. Unos acontecimientos marcados primero por la Primera Guerra Mundial y después por la Segunda e incluso por la Guerra Civil española. Unos acontecimientos que marcarán no sólo a Stoner, sino también a sus dos únicos amigos: David Masters y Gordon Finch.
Lo único que sabe, lo único que tiene claro es que le gusta dar clases, tratar con los alumnos, enseñar y estudiar, investigar, escribir. Pero, sobre todo, Stoner tiene claro que le gusta la universidad, un espacio y un ambiente que le resultan familiares, agradables, que le ayudan a sentirse seguro y protegido de todo lo que hay ahí fuera, de todo lo que rodea el exterior de la Universidad de Missouri. Para Stoner la universidad es un refugio, como también lo es el despacho de su casa en el que, rodeado de libros, se siente a salvo de su mujer y de su hija.
Stoner se enamora locamente de Edith nada más verla y sin importarle su alta posición social y económica ni conocerla decide casarse con ella. Sin embargo, su matrimonio fracasa desde el primer día, o quizá sería mejor decir desde la primera noche, y a lo largo de los años Stoner será víctima de la guerra que Edith emprende contra él, una guerra de desgaste, llena de desprecios, insultos y ataques que, por mucho que Stoner intente evitarlos, le van afectando cada vez más.
Como siempre, Stoner busca refugio en la universidad para huir de sus problemas personales y familiares sin sospechar que precisamente allí encontrará el amor, la salvación, pero también el dolor, el fracaso, la pérdida y el desamor.
Porque la vida de Stoner es una continua agonía, una sucesión de problemas, enfrentamientos, luchas, peleas, dolor, sufrimiento y pérdidas. Y lo que más duele de todo esto es ver cómo el protagonista de esta novela no hace nada para defenderse, no reacciona, no intenta cambiar su vida, enfrentarse a su mujer, a su hija Grace, a sus alumnos o a su principal enemigo en la universidad, Lomax, quien, cada vez con más poder y más fuerza, tratará de hacerle la vida imposible a Stoner.
Stoner es una novela sencilla, pero no por ello simple, todo lo contrario. Es franca, fascinante, honesta, intensa, vibrante y, sobre todo, conmovedora. Conforme pasamos las páginas, nos sentimos cada vez más cercanos a su protagonista y al final lo vemos como un amigo o un familiar, alguien a quien conocemos desde hace muchos años y con el que compartimos la vida, lo bueno y lo malo, alguien que nos provoca un gran cariño y una gran compasión e, incluso, en muchas ocasiones, lástima. Sufrimos con Stoner cuando lo vemos sufrir, porque lo admiramos, porque lo queremos y, sobre todo, porque su historia es entrañable, cálida y hermosa.