Revista Libros

Stoner - John Williams

Por M.a. Brito @mabrito67

 

Stoner - John Williams

John Williams (Texas, 1922-1994) publicó por primera vez su novela Stoner en 1965. En la dedicatoria a sus colegas del departamento de inglés de la Universidad de Misuri, ya se deja entrever algo de autobiográfico. Con el paso del tiempo ha pasado de ser una desconocida a ser reconocida como una de las grandes obras americanas de todos los tiempos.
Me ha recordado su lectura a La montaña mágica, de Thomas Mann, sólo que con unas cuantas (bastantes) páginas menos: un
a historia sencilla contada con exquisito nivel y rigor literario.
Se trata de la historia del Sr. William Stoner, hijo de granjeros, que marcha a la universidad con la intención de formarse para seguir el negocio familiar, pero que descubre en sus aulas su vocación docente inspirado por el profesor Sloane, un viejo profesor de literatura inglesa. A partir de ahí, empieza el relato de su vida: su graduación como profesor y el ingreso en el equipo docente de la universidad, su matrimonio, e
l nacimiento de su hija,… todo desarrollado en el contexto histórico de uno de los períodos más inciertos de la historia de la humanidad: el período entre guerras que va desde la primera a la segunda guerra mundial, con otros acontecimientos en medio, como el crack del 29 o la Ley Seca, que no dieron tregua a los que intentaban abrirse paso en aquella sociedad y que sumieron a muchos jóvenes en un inmovilismo melancólico que queda retratado con maestría en los personajes de la novela de John Williams.
Este rasgo generacional lo recoge en toda su dimensión el personaje principal, que lo llena todo, hasta el punto de que la novela adopte su apellido: Stoner. Un personaje intelectualmente brillante que asume con resignación su destino atrapado en una celda de entorno social de la que se ve incapaz de escapar. Lo asume con la estoicidad que lleva incorporada en sus genes heredados de granjero, sometido a los designios del clima, siendo consciente de que haga lo que haga, su futuro no está enteramente en sus manos. La literatura y la docencia se convierten en su medio de vida, y la universidad en su refugio, más importante aún que su propio hogar. A pesar de vivir en períodos de guerra, nunca aprendió, al igual que muchos jóvenes de aquella generación, que había batallas que ganar y que no era necesario acudir a la guerra para librarlas. Así se lo recordaba el profesor Sloane a William Stoner cuando este último se debatía entre la decisión de acudir o no a la Gran Guerra o quedarse en la universidad:
“Debe recordar lo que es, lo que ha elegido ser y el significado de lo que hace. Hay guerras, derrotas y victorias de la raza humana que no son militares. Recuerde eso mientras decide qué hacer”.
Esto ocurre sólo al principio. El resto habrá que leerlo. Si os gusta disfrutar de la palabra exacta en el momento exacto, este es un muy buen libro: de lo mejor escrito que he leído, casi perfecto. Aparentemente no pasa nada, sólo una vida, tan rica en matices y aprendizajes como la vuestra o la mía. Lástima que la consciencia de toda esa sabiduría llegue al final, cuando ya casi no queda tiempo.


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