Tienes una historia, todos la tenemos.
Es posible que esté en tu mente, agazapada e inconsciente, porque seguramente nunca te has planteado darle rienda suelta.
Tenemos una tendencia natural a evocar el pasado sin demasiado orden ni sentido. Los recuerdos y los hechos que nos han marcado y moldeado hasta lo que hoy somos se amontonan de forma desordenada en tiempos y formas.
Seguramente no te hayas planteado que disponer de tu propia historia puede ser un ejercicio mental muy sano y además puede ser tremendamente útil. Es la forma en que podemos evocar el pasado, buscarle sentido, y utilizarlo para el futuro. Si lo piensas así te darás cuenta de que tu historia es única, porque tú eres único también.
Es un gran recursos para la comunicación de tu marca personal.
Seguro que hubo un momento clave en tu vida, un punto de inflexión. Ese día en que tu suerte cambió, para bien o para mal.
Y hubo una persona en tu vida que te influyó, de la que aprendiste, a la que enseñaste.
También superaste un problema, un mal, una tragedia o una duda.
Tus vivencias en tus recuerdos son grandes potenciadores emocionales, y esas emociones generarán también emociones en los demás: tienes la herramienta perfecta.
Si analizamos este sencillo relato, es un relato muy comunicativo: dos personajes, una marca, un producto y un hecho casual.
Podemos tomar como ejemplo este relato de un conocido escritor, quien nos cuenta su relato de forma trágica y en primer persona:
"Llegué a tal estado de depresión y desprecio a la vida, por lo que me había quitado y lo que estaba quitando a mi familia con mi propio estado, que decidí asomarme al balcón para ver si era capaz de acabar con mi vida. Me llegó a la cara una brisa fresca de tranquilidad, pensé serenamente que había llegado el momento. Respiré hondo, abrí los brazos intentando llevarme conmigo mi último aliento.... Y sonó el teléfono móvil. Fui incapaz de resistirme y paré y lo cogí. Era un marrón de trabajo, pero ya nunca más fui capaz de asomarme a la ventana. Ese fue mi punto de inflexión. Hoy hay muchas cosas que no se han arreglado, incluso pueden haber empeorados, pero hoy quiero vivir y eso ya es suficiente".
Nuestra propia historia debe ser coherente
Pero si realmente queremos construir un relato capaz y sostenible en el tiempo no basta con una historia más de nuestra vida, o con un hecho casual o aislado de ella. Éste, como hemos visto anteriormente, debe responder a realidades, valores y motivos.
Y para eso nuestra propia historia debe ser coherente con nuestro pasado, nuestro presente y nuestro futuro debemos dotarla de solidez y valor. Entonces el proceso de narración no debe acelerarse.
Vayamos unos pasos atrás, hacia lo más profundo e intrínseco de nuestra persona:
- Mi visión: qué pretendo, a qué aspiro. Es lo que justifica por qué estoy haciendo lo que hago.
- Mi misión: para qué estoy, por qué hago y por qué soy como soy. Cómo vivo, actúo, me desenvuelvo.
- Mis valores: los estilos de comportamiento y actitud que marca mi vida y rigen los principios de mis acciones.
Decía Brené Brown "Las historias son informaciones con alma", llegan directamente al corazón y conectan a personas con personas.
Ahora ya es momento de repasar tu pasado, más o menos reciente, eso no importa. Seguro que hay un momento en que todo cambió para ti. Recupera, y disfruta con ello, tus ideas, y los acontecimientos de mayor relevancia de tu vida en base a tu misión, misión y valores.
- ¿Porqué y cómo has llegado hasta donde estás?
- ¿Quién ha sido importante en la trama de tu vida?
- ¿Qué hechos han marcado tu trayectoria?
Ya tienes tu historia: real, coherente con lo que eres y con tu visión del mundo. Tienes una historia de gran valor y carga emocional.
Tienes un gran argumento, un relato único. Pero falta algo.
Una meta, un destino compartido, una necesidad de conseguir algo. Cuéntalo y busca empatía, ayuda y colaboración. Así cerramos el círculo de una historia que no tiene por qué tener un final. Basta con que tenga sentido.
"Ahora quiero ayudar a los demás a descubrir su propio sentido a través de una historia. Y para ello necesito vuestra ayuda y colaboración. Gracias por leerme".
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