Revista Arte

Stripart 2012

Por Bill Jimenez @billjimenez

Por Elisenda N. Frisach

Hasta el día 13 de julio, el Centre Cívic Guinardó de Barcelona ofrece una nueva edición del Stripart, XVII Muestra  de Arte Joven de Horta-Guinardó, un certamen que  ejerce de plataforma de difusión de la obra de jóvenes artistas de diferentes disciplinas, sin más denominador común, en consecuencia, que la loable voluntad de ofrecer un espacio de divulgación digno para los creadores noveles, aunque, eso sí, haya una clara apuesta por aquel tipo de piezas que discurren por nuevos cauces, que emplean nuevas técnicas de composición o nuevas tecnologías o que abren vías de expresión no exploradas.

Eloi Costilludo i Helena Costa 'WALLeHD'
Eloi Costilludo i Helena Costa ‘WALLeHD’

Según lo dicho, la exposición se halla inevitablemente marcada por la heterogeneidad, fruto por supuesto de las diferentes visiones de cada uno de sus autores pero, también, de los diferentes medios artísticos a través de los que plasman dichas visiones. Así, junto a proyecciones de vídeo-arte hay pinturas, esculturas y fotografías, además de instalaciones, dibujos, grabados… Sin olvidar la presencia de otro tipo de creaciones no adscritas al mundo de las artes plásticas, como montajes de danza o piezas musicales, por citar solo dos ejemplos esclarecedores.

Alejandra Atarés 'Portraits'
Alejandra Atarés ‘Portraits’

Imposible resulta al público, por tanto, dada la variedad –y la calidad– de la oferta, caer en la monotonía o el aburrimiento; de hecho, se diría que no encontrar en esta selección alguna obra que resulte afín al espíritu de cada uno de los receptores es una posibilidad bastante remota, habida cuenta de que se combinan sin complejos piezas de diversa índole y dispar intencionalidad: desde aquellas en las que el humor y la ironía tienen una presencia preeminente (véase la instalación de Esteban Rubira, “Bateria de cuina”, o las ilustraciones de María Teresa Caballero, “Hybrid Identities”) hasta otras de tono sombrío y/o melancólico (véase el conjunto de fotos de María Callizo, “Líneas alineadas”, o las esculturas de Carles Piera, “Autòmates de la Paraula (Rapsodia)”); desde creaciones que reflexionan sobre el paso del tiempo mediante una inmersión en la cotidianidad  (pienso en las fotos de Estefanía Riera, “Retales de una vida”, o en la instalación de Marta van Tartwijk, “San Bartolomé 23 2º 1ª”, por cierto con concomitancias no solo temáticas sino también formales: el lienzo, las imágenes descoloridas…) hasta aquellas que, en cambio, buscan una realidad-otra, casi mágica, subyacente en el seno de la existencia humana (como las fotografías de Xavier Alabart, “Barzoolona”, o la pintura mural “Rellotge”, de Joan Martí Ortega); desde las que se recrean en la belleza sensorial de nuestro mundo (por ejemplo, “Somnis de color” de Susagna Vilanova o el precioso audiovisual de Carlos Villar, “Autumn’s Shade”) o las que, por el contrario, nos recuerdan sus sombras (por ejemplo, la sátira política “Parlament”, del colectivo El Banquete); desde obras que analizan el paroxismo o el sinsentido de la vida moderna (v. gr. la impresionante vídeo-instalación “WALLeHD” de Eloi Costullido y Helena Costa o las esculturas “Vendí mi loro para no cargarlo” de Laura Ceballos) u otras que recuperan el protagonismo del ser humano, de su cuerpo y su mirada (como la escultura “Dona i plaer” de Txell Prat o el cuadro “Portraits” de Alejandra Atarés); en resumidas cuentas, un catálogo tan interminable, y tan variopinto, que deviene imposible aglutinar las perspectivas, los propósitos y los talentos dispares de todos los artistas sin convertir este artículo en una mera enumeración de las virtudes de los mejores trabajos expuestos.

Marta van Tartwjik 'San Bartolomé, 23, 2º1
Marta van Tartwjik ‘San Bartolomé, 23, 2º1

Aunque con ello estoy echándome piedras sobre el tejado, toda crítica, por brillante que sea, no es más que un pálido reflejo de la obra que analiza; por esta razón, lo más recomendable es no dejar pasar la oportunidad de conocer de primera mano las obras de quienes son presente y, sobre todo, futuro de nuestro de arte. La experiencia lo vale. Y las excusas, no: la muestra está abierta al público durante 15 días, es gratuita, en una ubicación inmejorable, y la duración total de la misma es suficiente sin ser escasa y abundante sin ser agotadora. ¿Alguien da más?

Colectivo El Banquete 'Parlament'
Colectivo El Banquete ‘Parlament’

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