Hay unos wafflecitos holandeses que son la muerte.
Una vez los trajo de regalo un amigo holandés, otra vez los conseguí en el Barrio Chino, y no hay muchas más veces que recuerde...
Son como un barquillo relleno con un caramelo muy similar al dulce de leche. Una oblea muy finita y rellena.
Dulces, pero suaves y delicados. Aunque parece que no era la idea en el comienzo, ya que le llamaban el dulce de los pobres (aunque no siempre wikipedia tiene razón).
Este mes, el reto de Daring Bakers (del que no participo ya no recuerdo hace cuanto), era hacer estas masitas, lo cual requiere de una wafflera especial, o simplemente hacerlos al horno pero sin diseño.
Entonces me puse manos a la masa y los hice: ni al horno, ni con el diseño tradicional (rombos, como un barquillo). Los hice con mi wafflera sueca para rullrån del siglo pasado, con diseño divino como de encaje.
Algunas recetas llevan canela, la cual obvie porque no me gusta, y tenía miedo de pasarme en las proporciones (porque en las comerciales no se siente el gusto).
Además, no hice el caramelo para el relleno, simplemente use dulce de leche, aligerado con un poco de crema y un poco de calor para simplificar el untado.
Son riquísimas de cualquier manera... Y ya se que buscar en bazares el día que vaya a Holanda!
Hay una receta!