W.H. Auden reconoció en una correspondencia privada haber llorado como un bebé leyendo Suave es la noche. Creo que todos los que la hemos leído lo entendemos.
Pero quiero hacerle un regalo a los que todavía no saben absolutamente nada acerca del argumento de este libro. Difícil encontrarlos, me parece. Por ellos, no voy a contar las razones por las que tanto entiendo a Auden, el por qué del corazón encogido. Y por ellos también, voy a permanecer callada sin comentar ningún detalle, ninguna escena, ningún personaje de este maravilloso libro.
Creedme, es una experiencia única llegar totalmente virgen a una de las novelas más importantes de Fitzgerald. Recorrer las primeras líneas y aparecer de pronto en una agradable playa francesa, bajo una gran sombrilla, dejándose acariciar por una suave brisa mientras empiezan a desfilar los cuerpos llenos de vida, poder y belleza de sus veraneantes. Y a partir de ahí... ya irán llegando las emociones, las reflexiones y el simbólico sabor de boca.
Preciosa. Sublime.