Corría el año 1982 cuando Tom Silberkleit y Jerry Biederman (ni gato ni ratón, dos jóvenes autores) emprendieron el proyecto de publicar The Do-It-Yourself Children’s Storybook, un compendio de cuentos abiertos pensados para que los más pequeños dieran rienda suelta a su imaginación y decidieran a placer los desenlaces. Bajo un contrato en el que se comprometieron a pagar 149 euros por texto, lograron participaciones como las de Richard Adams, P.L. Travers, Madeleine L’Engle, Joan Aiken o Roald Dahl, aunque sólo este último pidió el cheque por adelantado, y lo hizo a nombre de un tal Barran, a quien precisamente debía esa cantidad. Fue el único que cobró.
No suelo hacer este tipo de cosas, pero parece una buena idea y le deseo suerte con ella. Adjunto mi contribución. Roald Dahl.
Roald Dahl escribió para la ocasión el comienzo de una historia titulada The eyes of Mr Croaker, cuatrocientas palabras en un documento escrito a doble cara con anotaciones a mano del propio autor, firma y fecha (5 de febrero de 1982). Destacan dos misteriosas manchas con las que Dahl presentó la obra, una en la parte superior izquierda y otra junto al título. Os dejo con una idea del argumento de mi propia cosecha:
Es la historia de los pequeños Stewart y Susan, el primero que no admite sus miedos y el segundo que ha visto al viejo de la casa en el bosque con un saco que se retorcía. Todos en el pueblo temen al viejo señor Croaker, y ya no por su terrible aspecto ni su actitud extraña, sino por su espeluznante mirada. Pero los chicos se van de picnic al bosque y parece ser que con la compañía del perro Scruff ni siquiera la desvencijada casa puede tener tan mala pinta; sin embargo, Scruff se desvía y una forma oscura surge tras una ventana… Sigue la aventura.
Aquello prometía, y las puertas quedaban abiertas al antojo de los lectores, como se pedía, pero pasó el tiempo y poco a poco Tom y Jerry fueron embarcándose en otros proyectos (libros propios y televisión), dejando así en el olvido el libro de cuentos infantiles. Ocho años más tarde, Roald Dahl falleció sin ver publicada su obra, y a partir de entonces el manuscrito pasó de quedar archivado en un garaje a acumular polvo en un desván, hasta por fin ser redescubierto por Jerry entre los trastos de la casa de sus padres hace escasos dos años. Inmediatamente se puso en contacto con los representantes legales y familiares del escritor y reactivó el proyecto del libro, aunque esta vez en versión digital y con la intención de recoger otras donaciones por parte de escritores actuales como J.K. Rowling.
Así, la propuesta editorial será presentada el próximo mes de enero y ahora lo único que ha de hacer nuestro amigo Jerry es cumplir con el contrato que se firmó en su día y abonar los 149 euros por texto a cada autor. Los derechos le pertenecen, y así lo ha reconocido el propio agente de Dahl. Sin embargo, las intenciones de Jerry Biederman, que asegura parte de la recaudación para una fundación benéfica, han ido más allá del libro digital, y es que anoche mismo, por 1.400 euros, las letras inéditas, las originales de Roald Dahl se subastaron en eBay, alegando que “esta era una historia que Roald Dahl escribió para que sus fans la completaran. De esta forma, además, se hace más dramático el anuncio de este importante descubrimiento“. Más allá de esta operación editorial, esperemos que la antología que nos prometen y, en particular, el relato inédito de nuestro querido Dahl, creador de Matilda, Charlie y otros tantos personajes inolvidables, reciban el trato que se merecen.