Mientras en toda España ha estado flotando en el ambiente la propaganda originada por las recientemente celebradas elecciones autonómicas en Madrid, y conforme se iba incrementando la agresividad dialéctica y la crispación, estuve decidido a no escribir sobre ello y a esperar que el resultado de las urnas demostrase la realidad imperante.
Ya ha transcurrido el 4 de mayo, y en él se ha consumado una derrota sin paliativos de todos los grupos políticos de izquierdas (PSOE, Más Madrid, Unidas Podemos) asfixiados por la rotunda paliza que les ha propinado el Partido Popular, que ha obtenido casi la mayoría absoluta, ha desintegrado al partido Ciudadanos y ha situado en sus justos límites al super-derechista VOX.
Las reacciones ante la tremenda convulsión política que han acarreado los comicios no se han hecho esperar: El Partido Socialista (ultrapasado por el filo comunista Más Madrid) se ha enrocado en sí mismo, ha ocultado a su trilero líder, el cada vez más detestable Pedro I “el Sánchez”,
y ha argüido que los resultados de las elecciones madrileñas no son extrapolables al resto de España, aprovechando la ocasión para poner nuevamente de manifiesto su rabieta por el palo sufrido y para atacar con frases hirientes y muy alejadas de la urbanidad democrática, a los vencedores rotundos, el Partido Popular.Antes de las votaciones, el sinvergüenza de Tezanos, un falso sociólogo comprado por el partido en el poder para dirigir el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), se dedicó a publicar –hasta en tiempos de reflexión y por tanto prohibidos— amañados resultados de presuntas encuestas, que proclamaban un supuesto equilibrio entre los bloques de derechas y de izquierdas, con el torticero ánimo de confundir
al ciudadano de a pie e infundirle pánico ante un posible triunfo de las derechas, calificadas de nazi y muchas cosas más.Al mismo tiempo, el leninista Pablo Iglesias (iconoclasta y revolucionario confeso y demostrado, además de corrupto aprovechado) se dedicó a atacar todo lo que implicara orden y progreso institucional, insultando a la Corona y tratando de destrozar los senderos constitucionales, aunque ya se había visto forzado a abandonar el gobierno, en el que el trilero presidente, “el Sánchez”, le había comprado los votos de su partido a cambio del plato de lentejas de una Vicepresidencia.
Así las cosas, las urnas del 4 de mayo resultaron totalmente claras: Paliza rotunda propinada por el Partido Popular, a cuatro escaños de la mayoría absoluta; muy moderada representación de Vox, aunque suficiente para coadyuvar a una rotunda mayoría triunfadora; y debacle sin paliativos del PSOE, hasta relegado por el leninista partido Más Madrid; desaparición parlamentaria de Ciudadanos por no alcanzar el porcentaje mínimo de votos; gran minoración del Unidas Podemos, hasta el punto de quedar en el límite de la intranscendencia.
Los derrotados, especialmente el PSOE en el gobierno nacional, han querido disimular que lo acaecido no les afecta, pero no se han recatado en mal calificar de “tabernarios”, seguidores de “lata de berberechos” y unas cuantas lindezas más a los votantes que han dado el soporte a los claros vencedores.
Esa decir, los derrotados, probablemente rechazados por la ciudadanía a causa de sus argumentos fétidos y sus actuaciones falsarias y facinerosas, han continuado insultando, que es lo que mejor saben hacer,
y además han aparentado y ejecutado depuraciones hasta de miembros históricos de su partido (que fueron destacados dirigentes) como Joaquín Leguina y Nicolás Redondo.Y en todo lo anterior estamos.
Cierto es que lo ocurrido en las elecciones solo tiene eficacia directa en Madrid y su territorio de autonomía, pero no cabe duda de que es un claro presagio de la que se avecina al partido en el poder y a sus falsarios dirigentes, que por serlo llegan hasta mentir a la Unión Europea.
Pronto sufriremos aumentos de impuestos (los niegan, pero se anuncian de otra forma), reimplantación de peajes en las autovías, subvenciones y ayudas que nunca llegan, perdidas en la maraña de requisitos imposibles
de cumplir. Y especialmente seguiremos soportando autoritarismos como los estados de alarma decretados ilegalmente y casi por los siglos de los siglos, y apoyos a los filo-independentistas y filo-terroristas.Volverá a darse lo de la fábula del escorpión y la rana, porque el escorpión (PSOE) volverá a aguijonear a la rana (la sociedad española) con la excusa de que lo que hace es porque se lo demanda “su propia naturaleza”
¡Qué gran verdad es lo que ya dijo John F. Kennedy -(1917-1963) Político estadounidense-.: “En el pasado, aquellos que locamente buscaron el poder cabalgando a lomo de un tigre acabaron dentro de él”!
SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA