Sudáfrica 2010: ¿individualidades o juego colectivo?

Por Diego Nicolás Carrizo

Hace algunos días había redactado una nota sobre el poderío colectivo del fútbol alemán en este Mundial. Indudablemente al no tener tantos nombres la selección alemana debió aplicar una estrategia que aportara mas asociaciones en el juego, antes que priorizar las arremetidas personalistas de alguno de sus jugadores. No es el único caso, ya que otro ríval de fierro cómo Holanda ha propuesto sostenerse de la misma manera en el juego, contando además con eficacia y sacrificio en conjunto para campearse varios partidos del Mundial. Ambas selecciones se despacharon frente a los firmes candidatos de Sudamérica: Brasil y Argentina.
Casualmente la selecciones sudamericanas que preponderaban por nombres más que por juego colectivo, tuvieron que volverse a casa desilusionados en cuartos de final cómo en el 2006.
Ni Löwe ni Van Marwijk han hecho grandes cambios tácticos para enfrentar a sus rivales, aunque no les pesó tener que sacrificar estrellas por bajo rendimiento físico o por lesiones. Por ejemplo, la nueva Holanda parece una copia del Brasil de Felipao Scolari en Corea y Japón 2002. El técnico holandés tuvo que erradicar el fatídico 4-3-3 para implementar un 4-2-3-1-. ¿Está mal?. El equipo se inicia en defensa dónde suma una línea de cuatro jugadores (Van der Wiel, Mathijsen,Ooijer y Van Bronckhorst) que abandonan pocas veces su zona, salvo los laterales.
Por delante de ellos juegan dos auténticos 'perros de presa' como son Mark van Bommel y Nigel de Jong. Su labor es incansable, ya que si no frenan al rival por las buenas, hacen falta táctica. Luego están los cerebros, los hombres que gozan de libertad para elaborar el fútbol, con el ideólogo Wesley Sneijder, los escuderos Van Persie y Van der Vaart y con Kuyt de polifuncional. Delante está la gran esperanza que es el recuperado Arjen Robben, con clase y velocidad.
Bueno, exactamente lo mismo hace Löwe.
A pesar de que la "verde amarelha" se tuvo que volver antes de lo previsto, era la única selección que se animó a arriesgar nombres por esquemas estratégicos ya que llegó al Mundial sin lucir pero con muy buenos resultados.
En cuanto a la selección argentina, lamentablemente tengo que decir que la última vez que salió campeón del mundo pesó lo táctico por sobre los nombres, al margen de tener a Maradona iluminado. En aquél tiempo Carlos Bilardo aplicaba un evidente y polémico esquema de 3-5-2, con 5 hombres para defender y atacar en el medio. Tildándose de defensiva y laboratorista la gestión pre Mundial de aquélla selección fue al igual que la germana actual, despareja. Sin embargo se alcanzó el objetivo, ganar la copa.