Por Juan Pablo Serra
La adrenalina del mundial, la vertiginosidad de los eventos y el escasísimo tiempo para la reflexión nos han hecho decir mucho de lo que no hubiésemos querido.
Vale como ejemplo que un día disfrutábamos alegremente de la derrota brasileña y al otro llorábamos la histórica goleada.
Es mi intención repasar todo lo que he escrito en estos últimos tiempos.
La más escándalosa de mis notas postulaba una eventual final entre Argentina y Brasil, basada en frágiles argumentos y teñida de una percepción colectiva que decía que Maradona era un gran DT, y Argentina el mejor equipo. Apresuradas conclusiones basadas solo en tres partidos del mundial, desconociendo todo lo previo (futbolísitico y extrafutbolístico). Y en que Brasil siempre es Brasil.
Las probabilidades no me dieron la razón.
Presenté a Italia como candidato, respaldado por los antecedentes de las actuaciones de La Nazionale en las etapas eliminatorias de los mundiales. Pero nada dije de lo que le cuesta mucho llegar a esas instancias. No es raro que tenga serios problemas en la fase de grupos, normalmente clasifica raspando, esta vez no lo logró.
Propuse a Brasil como otro candidato ya que había tomado la decisión de revertir el escándalo de Alemania 2006 con un equipo disciplinado y sólido en defensa. Todo lo que muy bien se había hecho en la era Dunga se tiró por la borda en los últimos 45 minutos del partido con Holanda después de haber jugado un gran primer tiempo.
También la suerte mereció un capítulo mundialero, y sabemos que influye más durante el juego que en la previa. El campeón se vio favorecido en varias oportunidades (y no vamos a contabilizar como suerte la mala salida del arquero chileno Bravo ni la impericia del paraguayo Cardozo al patear el penal). Baldassi no sancionó la posición adelantada de Villa contra Portugal, tampoco se cobró invasión en el penal que desperdicia Cardozo y se le anula a Paraguay un gol legítimo. Puyol merecía segunda amonestación en su intento de frenar a Robben. Quizás haya otras tantas que le jugaron en contra, pero seguramente la historia hubiese sido otra si estas se hubiesen resuelto de otro modo.
Alemania se vio favorecida e Inglaterra perjudicada en el vergonzoso partido de octavos, y también Argentina sobre México.
Mas acertada fue la nota sobre la importancia del fixture, especialmente en la fase eliminatoria. Analicemos el camino que hubiese tenido que recorrer Alemania (o Inglaterra) para salir campeón, Inglaterra (o Alemania) en octavos, Argentina en cuartos, España en semi y Holanda en final. Quedó a mitad de camino. En mejor posición quedó Uruguay, que llegó a semifinales eliminando a Corea del Sur y Ghana. Holanda llegó a la final venciendo a Japón y Uruguay (además de Brasil). Se confirma la teoría que para salir campeón hay que tener cruces fáciles, y que nadie gana la copa si tiene dos cruces con equipos fuertes en el camino a la final.
Espero seguir escribiendo muchos más pronósticos, seguir acertando casi nada y seguir haciendo autocrítica. Abrazo de gol en offside.