Por Diego Carrizo
Uruguay 2 - Corea del Sur 1
Que no ni no. Uruguay aprovecha el cuadro accesible y se mete a cuartos haciendo gala de la característica garra charrúa. 2 goles de Suarez y a pensar la próxima fase.
Cuándo uno habla de Uruguay, no sólo menciona candombe, asado, truco y mate, sino también fútbol. El pueblo rioplatense al igual que el nuestro vive del balón pie y es por eso que los clásicos pesan por historia. En su historial registran dos mundiales, el de 1930 y inolvidable de 1950.
El revival del "Maracanazo" pareciera reverdecer en algunos jugadores del plantel uruguayo.
Sobre todo en sus dos atacantes: Luis Suárez y Diego Forlán. El "celeste" fué el único que pasó la primera ronda sin goles en contra, un medio campo aguerrido, una defensa a pura fibra -con el "gaucho" Lugano a la cabeza- y la solvencia de Muslera bajo los tres palos.
Pero a pesar de su clásica garra este equipo demuestra firmeza, entusiasmo y hasta pasajes de buen juego. El cráneo, ni más ni menos que el "maestro" Oscar Washington Tabárez, un entrenador que de Mundiales sabe bastante.
A pesar de ello los Mundiales le fueron esquivos a los orientales, sólo jugaron 4 en los últimos 24 años con papeles decepcionantes. De hecho para referencia de un torneo importante, su última epopeya data del año 95' cuándo Enzo Francescoli levantaba la Copa América -con un hombro dislocado- luego de que Sergio Daniel "manteca" Martinez definiera la serie ante Brasil. Fué la última vez que el Enzo vistió la camiseta celeste.
En todos estos años han pasado nombres como el de Cedrés, Bengoechea, Fonseca, Recova, Paolo Zalayeta y hasta el mismo Francescoli, que nunca supieron superar la barrera de los octavos en un Mundial. Ahora pareciera que la mística de Juan Alberto Schiaffino y de Alcides Montero, Edgardo Ghiggiasobrevuela por cada rincón de la concentración uruguaya.
Desde Parque Rodó hasta Ciudad Vieja, desde Cerro Lago hasta Paysandú, el fútbol Mundial -después de 40 años- le vuelve a sonreír al paisito lindo.