Revista Viajes
WATERFRONT, CIUDAD DEL CABO
Este viaje por Sudáfrica va lamiendo ya los flecos raídos del final de su existencia.
Al otro lado de la ventanilla secundan mi trasiego hornadas de antílpes, algunas cebras, jirafas y aves, que surcan el límpido cielo o se hallan encaramadas al resguardo de las ramas angulosas de los árboles que jalonan la ruta.
En el horizonte columbro, con la anticipación del poderoso anhelo, la confluencia singular del océano pacífico y atlántico, concitados en armoniosa "simbiósis".
En la región de The Boulders, una colonia de pingüinos en una área protegida que cuenta con más de 20.000 ejemplares. Estoy llegando a Ciudad del Cabo, aquellas tierras primigenias que bordeara el primer explorador europeo, el portugués Bartolemeu Dias, en el año 1480.
PINGÜINOS EN THE BOULDERS
Me sorprende inmediatamente su carácter vanguardista y europeo ecléctico, donde se alean en un crisol exhibicionista avenidas de apariencia neoyorquina y británica. Descubro en las calles más populosas ademanes y sutilezas propios de las grandes urbes europeas.
Nada más apropiado para engatusar mi alma de explorador que tomar el autobús turístico (150 Rands, dos rutas diferentes), en la primera parada en la animadísima e imprescindible área del Waterfront.
Aquí la gente afluye como un ejército de ánimas solazadas en pos de buenos restaurantes, ocio, cientos de tiendas o el magnífico acuario, Two Oceans Aquarium (Más de 300 especies marinas).
El autobús, con locuciones en diferentes idiomas, me conduce hacia las arterias principales de la ciudad: Strand Street, donde originariamente se encontraba la playa, Adderley Str, o GreenM Market Square, epicentro neurálgico de artesanos, malabaristas, atracciones callejeras, músicos ambulantes, etc...
Para callejear, recomiendo Long Str y Darling Str, así como una visita al bonito muelle Victorian Alfred (1890).
EXcursiones básicas son Table Mountain y Lions Head. Si el día no se levanta mezquino y brumoso, como fue mi caso, las panorámicas y paisajes fotográficos no tendrán desperdicio.
TELEFÉRICO EN TABLE MOUNTAIN
Desde Table Mountain se puede ascender hasta "los cielos" en teleférico para obtener unas vistas privilegiadas de la ciudad. Continuando este peregrinaje urbano, ora a pie, ora en autobús, llego a la interesante catedral de St.George, en Queen Str.Victoria, aunque me quedo con las preciosas vistas montañosas desde la bonita iglesia de St. Marks.
Antes de avanzar hasta la segunda fase de esta crónica "bicéfala", es menester efectuar dos paradas ineludibles: el castillo antiguo (1066-1679), ubicado en Strand Street, y el interesante District Six, donde la huella del apartheid sigue aún muy vigente y parece evidente en zonas como la calle Buitenkant y aledañas.
En cuanto al castillo, no es ésta fortaleza de dragones y mazmorras, príncipes y reyes asediados. Aquí jamás tuvo lugar acción militar alguna, aunque sí hubo prisioneros en sus calabozos.
ÁREA COMERCIAL DE GREEN MARKET SQUARE