Revista Viajes

Sudáfrica: comienza mi viaje

Por Orlando Tunnermann

DEDICO ESTE ARTÍCULO A TODOS LOS FANTÁSTICOS COMPAÑEROS DE LA RUTA ARCO-IRIS DEL VIAJE POR SUDÁFRICA, LESOTHO Y SWAZILANDIA, DESDE NUESTRO PRIMER ALOJAMIENTO EN GRASKOP HASTA LA DESPEDIDA EN EL CABO DE LA BUENA ESPERANZA.
DEDICO ESTE ARTÍCULO A TODOS LOS MIEMBROS DE LA MARAVILLOSA AGENCIA DE VIAJES DE AVENTURA KANANGA: 
http://www.pasaporte3.com/kananga.php Y, MUY ESPECIALMENTE, A NUESTRO INCREÍBLE GUÍA ACOMPAÑANTE, RAMIRO BLANCAS.
UN ABRAZO PARA TODOS.
VÍCTOR VIRGÓS.
Sudáfrica: comienza mi viaje
TIBURÓN EN GANSBAAI



Dejo atrás mis huellas fatigadas, que quedaron diseminadas como hojarasca por territorio armenio-georgiano, para adentrarme en el corazón inhóspito de África, cuna de la humanidad, epicentro del misterio del orígen de nuestra especie.

Salto como un trapecista desde los albores de la cristiandad hasta las tierras primitivas de los primigenios boers. Mis sentidos se predisponen ya a escuchar el zumbido de África, con su murmullo atávico e imperecedero en la inveterada lengua de los afrikaans.

Mis sentidos predispuestos a recolectar memorias de ocupación holandesa y británica, apartheid y un fulgor de esperanza en la próspera Ciudad del Cabo.

Encontraré a mi paso por este continente vetusto infinidad de reminiscencias de su abolengo foráneo: localidades de denominación británica, como: Clifton, Camps Bay, Clarens, Ladysmith, Harrysmith, Nordhoek o Hout Bay...

Sudáfrica: comienza mi viaje
GAVIOTAS EN GANSBAAI


Viajo en un camión equipadísimo con taquillas para cada viajero. Somos un grupo heterogéneo donde cunde el buen ánimo y la buena gente. Serán 19 días de emociones, 4300 kms recorridos desde mi primera parada en Graskop hasta el meridional Cabo de la buena esperanza.

La primera impresión me hace desfallecer levemente, es cierto. Socarrales carbonizados, praderas yermas y desangeladas de famélica tonalidad pajiza; en cierto modo, un espejimo indeseable de la remota Castilla la Mancha en un día de "torridez" insoportable y sequía pertinaz.

Trato de imaginar este país allá por el año 1655 y aquel prístino asentamiento en Ciudad del Cabo, cuando la tierra olía a minería y a explotación aurífera y a hombres codiciosos destripando las entrañas de la zona del Rand, en pos de rutilantes diamantes que los hicieran ricos.
El camino, que es anfractuoso y nos mantiene en un constante trasiego de tumbos y sobresaltos menores, está lleno de baches y convierte el habitáculo móvil del camión en un remedo de seísmo.

Veo panorámicas de monte bajo con vegetación timorata y apocada, tan triste que parece pedir perdón por su indecente planicie anodina.
A medida que que acerco a mi primer destino, Graskop, o de su traducción ("La colina de la hierba"), el panorama se envalentona un poco y se pone gallardo, tornándose basáltico y más colorido.

Sudáfrica: comienza mi viajeCABO DE LA BUENA ESPERANZA
Me escrutan escuadrones de montañas inveteradas que han pervivido ahí durante millones de años.

Se erigen como lanzas delgadísimas las casuarinas, que son como altísimos pinos silvestres muy flacuchos y arracimados. Los acompañan helechos, aloes, vegetación dispersa que se arrebola carmesí con el rojo "incendiario" de las bellísimas eritrinas.

Son árboles menudos, arbustos menores que compiten en vanidad y presunción con su "tono capilar" encendido como una hoguera de las vanidades.

He llegado a Graskop. Mañana me espera el esplendor paisajístico del Blyde Canyon, el tercer cañón más grande del mundo. Es hora de cenar y mi recomendación para quedar ahíto y satisfecho es dejarse mimar por la gastronomía portugúes-mozambiqueña del restaurante Canimambo WWW.CANIMAMBO.ZA.NETdonde está especialmente sabrosa la espetada de ternera o, para los amantes de los toques muy picantes, el fabuloso chicken piri-piri.

Esta es la primera parada de un largo y emocionante viaje por Sudáfrica, estais todos invitados.

Sudáfrica: comienza mi viajePINGÜINOS EN CIUDAD DEL CABO

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