Revista Viajes
No lo había comentado hasta el momento, pero debo confesar que la cebra es uno de mis animales predilectos, desde que yo era niño y comenzaba a dirigir mis aficiones hacia la fauna y la flora.
Siempre me atrajo su singular atuendo de gala, como de arlequín estriado, con esas elegantes vetas ornamentales jugando a la mezcolanza con sus hermanas albinas. Se me antojaban simpáticos caballos trotones que no querían crecer, que se pasaban las tardes retozando entre prados cubiertos de nieve y lagunas negras.
Ahora que las observo con los ojos de la madurez, me sigue pareciendo majestuoso e impecable su pelaje de "barrotes carcelarios"Me dirijo al encuentro de estos équidos en Mountain Zebra. El safari que comienzo en este día podría resultarme un tanto huero e insignificante de no ser por un acicate ineludible: Mountain Zebra reúne en sus lindes a dos especies de animales únicas en el mundo, que sólo se pueden avistar aquí: el ñú de cola blanca y la cebra de montaña.
Viajamos en dirección a Cradock, atravesando preponderantes paisajes de acuarela, donde conviven en armoniosa sincronía los tonos ocres, verdes, naranjas y cobrizos.
Me gusta el nombre de este desierto: el desierto de Karoo. Se me antoja misterioso y prohibido, peligroso e inhóspito, como un hábitat de profanadores de sueños y ladinos escamoteadores.
Nada más lejos de la realidad, por supuesto. Cuando la imaginación levanta el vuelo, hay que dejarla volar...
El desierto de Karoo me conduce hasta el reino de las cebras de montaña (FOTOGRAFÍAS A PIE DE PÁGINA, Y LOS ÑÚES DE DE COLA BLANCA FOTO CABECERA).También este detalle despierta en mi imaginación inquieta a la musa de la fantasía: ñúes de cola blanca, acaso los juegos zascandiles de aprendices de brujería han provocado semejante efecto.
Se impone enseguida el paisaje y la objetividad de mi objetivo. Estos son sus ojos y las fotografías que siguen a continuación, su puesta en escena,Las cebras de montaña son curiosas, me examinan alertas desde la cúspide de un altozano, Mucho más gallardas y osadas que sus compañeros los ñúes, que se dan a la fuga, perdiéndose en la línea del horizonte como espejismos dotados de motilidad.
FOTOGRAFÍAS TOMADAS EN MOUNTAIN ZEBRA POR ROSA GARCÍA Y VÍCTOR VIRGÓS.