Según los resultados obtenidos, casi el 20% de los entrevistados habían sido diagnosticados de depresión en algún momento de su vida, de los cuales sólo el 51% tuvo algún día libre o de baja laboral por este problema.
Teniendo en cuenta las aportaciones del estudio IDEA, en la mayoría de los países, todavía es un tabú la vivencia de una enfermedad mental, tanto para las personas que la han tenido como para las que no. Las tres razones que aluden los encuestados con más frecuencia, para justificar ese hermetismo, son:
- La creencia de que es algo privado sobre lo que no quieren hablar (40%)
- El miedo a perder el empleo (30%)
- La suposición de que no van a ser entendidos (30%)
En cuanto a la capacidad de las empresas para abordar este problema, este trabajo revela que sólo el 45% de las grandes empresas cuanta con programas de apoyo promovidos por sus departamentos de recursos humanos orientados a ayudar a los trabajadores que sufran depresión.
A la luz de estos datos se puede concluir que la depresión sigue siendo una enfermedad tabú, que se afronta con miedo a represalias laborales, sobre la que la gente tiene muy pocos conocimientos de los síntomas principales y para la mayoría de las empresas no tienen programas para afrontarla. Por otra parte, de los países evaluados, se ha visto que Dinamarca es el país donde esta dolencia se trata de un modo más abierto y con más confianza en el ámbito laboral.
Vemos que en España, así como en otros países, sería necesario hacer mucho más para incrementar la concienciación y ayudar a los empleados y empleadores a reconocer y manejar la depresión en los lugares de trabajo, así como mejorar las políticas y legislación que protegen a los empleados.
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