Revista Arte

Suicidio con aviso urgente. El cuerpo de una revolución inevitable

Por Eltallerdelaeam @elTallerdelaeaM

Juan Bordera | KaosenlaRed.net | 25/10/2012

Victor Hugo decía, Entre el gobierno que hace mal y el pueblo que lo consiente hay cierta solidaridad vergonzosa.

Suicidio con aviso urgente. El cuerpo de una revolución inevitable.

Suicidio con aviso urgente. El cuerpo de una revolución inevitable
Hoy una persona, José Miguel Domingo, granadino de 54 años, se ha suicidado. Hace poco otra se inmoló en Italia, otras tantas en Grecia y Portugal. Imaginemos, en aras de simplificar, que la revolución que tenemos que realizar es un cuerpo enfermo que ha de sanar. Un cuerpo con millones de células que nos representan a cada uno de nosotros, y que cada vez sienten menos movimiento. Cada vez más células paradas sin vibración alguna que las haga sentirse útiles. Al pararse éstas, la circulación aminora indefectiblemente, llevándonos a un episodio diarreico de enfermedad sin curación posible. Y algunas células incluso mueren. Se sacrifican para dar un toque de atención y recordarle al resto de células cual es su destino si siguen quietas. Un cáncer. Ese cáncer que sufrimos y que hay que purgar es el capitalismo.

Muero por la poca visión más allá del siguiente paso, dice una célula de los pies cansados ya de tanto caminar, para no llegar a ninguna parte. Necesitamos ver de una vez quiénes nos gobiernan, cómo lo hacen, para poder caminar hacia un lugar mejor sin ellos. Y esos “quiénes” ni son políticos, ni de un país concreto. Su única patria es el dinero. Sus nombres todos los conocemos, Rothschild, Botín o Rockefeller son mucho más cancerígenos que Rajoy, Zapatero o Urdangarín, meras copias de mayor o menor calidad de las células madre primigenias. Para acabar con el titiritero del sistema lo primero es quitarle la marioneta, poner una nueva. Una nuestra, de cuantos más mejor.

Muero por el purismo ideológico, grita una diarreica célula cercana al corazón, siempre situado un poco a la izquierda. El “purismo” fue responsable de que nuestro país representara mejor que ningún otro la división, entre CNT, FAI, POUM, pagándolo con derrota bélica, y así seguimos. El cuerpo no puede aprovechar al máximo sus posibilidades si está enfermo, defendiéndose de sí mismo.

El enemigo no es el político de turno, no es el rey que nos da la mano para hacerse la foto cuando le pedimos pan, argumenta una célula estomacal. No es Botín ni es Merkel. El enemigo principal somos nosotros, que nos conformamos. Las células que no quieren ver. Y cualquiera que se aprovecha del mal ajeno no es más que una célula cancerígena que se auto-replica. Por falta de comunicación no aprendemos, no podemos curarnos si ni siquiera sabemos que enfermedad tenemos. Ni qué la causa.

Muero por el que dice que no necesitamos líderes, Exclama una cansada célula del cerebro, pues por mucho que nos joda reconocerlo no todos somos iguales. Y muero porque el individualismo absoluto es la negación del individuo y su poder. Como decía Margaret Mead, nunca dejes de creer que unos pocos puedan cambiar el mundo, de hecho, es la única manera en que ha ocurrido.

La envidia nos lleva a competir con otras partes de nuestro propio cuerpo. Y para salir de este círculo “competencioso” tenemos que darnos cuenta que, con la que está cayendo, o nos unimos en un frente común POLÍTICO para evitar la masacre silenciosa a la que estamos asistiendo, o volveremos a ver al fascismo ganar la guerra, esta vez a nivel mundial. El fascismo no perdió la guerra, aquí la ganó en el campo de batalla, pero en el mundo lleva lustros ganándola en los despachos.

Me permitiré añadir dos pequeños consejos para el bienestar general de ese cuerpo y su revolución anti cancerígena. Pocos cambios a mejor se han realizado a base de violencia sin control. El EUROGENDFOR (policía europea) está esperando ansiosa que las células rebeldes monten en cólera para ejercer el último paso de la integración de la comunidad europea, sacar el nuevo ejército europeo represor, pistola en mano y flamante nóbel de la paz en la otra. Terapia de choque.

Y por si alguna célula despistada no se ha dado cuenta, en este mundo globalizado los chinos son el ejemplo a seguir, el próximo imperio y el modelo en el que el 1% cancerígeno quiere convertir al 99% restante, mano de obra barata e individualizada al máximo. Hay un refrán chino que reza: Al clavo que sobresale, martillazo. Dejémonos de martillearnos a nosotros mismos y unámonos de una puñetera vez para exigir aquello que es ineludible, golpe a golpe, célula a célula. Antes que el genocidio a cámara lenta al que estamos asistiendo nos deje a todos con el triste destino de la heroica célula granadina de nuestro enfermo cuerpo. Unión para luchar.


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