Revista Decoración
Hay sueños que se van haciendo realidad. Hace unos años, cuando paseaba por la ciudad, pensaba que Las Palmas de Gran Canaria necesitaba más hoteles bonitos, pequeños, con carácter y que cuidaran los detalles; esos a los que me gusta ir cuando viajo. Y no debí ser la única, porque cada vez hay más. Ayer visité el último en llegar a la ciudad y me encantó. Desde que llegas y mientras lo recorres, te invade una deliciosa sensación de paz que comienza en la cafetería de la entrada con su vegetación y el relajante sonido del agua, y te acompaña hasta la azotea, donde las vistas te embriagan. Creo que nunca había estado sentada en una terraza con una imagen así de la catedral. Y no es la única sensación que te acompaña en el recorrido del hotel. En todo momento sientes estar paseando entre obras de arte. Todas las esculturas y cuadros son del propietario, Miguel Saavedra, muy presente en el proceso de la reforma. Además, en cada habitación podrás disfrutar de un pedacito de la ciudad gracias a las fotos de Leonor Saavedra y Pepa Guerra.
En las habitaciones, el diseño es tranquilo con la intención no solo de invitar al relax, sino también de no competir con la carpintería existente. Tanto el propietario, como el equipo Boissier Arquitectos, encargado del proyecto, quisieron respetar y mostrar los materiales con los que se construyó el edificio. Materiales que, por cierto, coinciden en los detalles de cantería y carpintería con el Hotel Santa Catalina, ya que Miguel Martín Fernández de la Torre diseñó el edificio que ahora alberga Suites 1948 a la vez que desarrollaba el proyecto del hotel. Entre los materiales destaca la piedra utilizada, una rosa silva, una piedra local de la Cantería de Arucas.
El hotel cuenta, además, con un delicioso restaurante, mezcla de café europeo con mesas de mármol y tapizados de terciopelo, y bar colonial donde los protagonistas son la vegetación y la madera. Así, no solo los clientes que se alojan podrán disfrutar de este nuevo espacio de Vegueta, sino también todos los que vivimos aquí. Ayer lo pude probar y es un lugar muy agradable para desayunar o almorzar. Seguro que nos vemos por allí.
Detalles, como las amenities, pueden marcar la diferencia