Después todo son risas, pero en el momento las pasas canutas.
Para alguien como Clint Eastwood, que le gusta hablar de héroes —American Sniper, Gran Torino, etc— esta historia era un pastelito que no podía dejar pasar. Es más, teniendo a todos los testigos vivos y localizados, las grabaciones del avión, del control del tráfico aéreo y de la Autoridad Portuaria de Nueva York, así como la investigación posterior de la administración de seguridad aérea, la cinta podía reflejar exactamente segundo a segundo lo sucedido en el llamado "milagro del Hudson". Claro que entonces ya no estaríamos hablando de una película sino de un documental.De qué va
Cualquiera de estos cuatro puede ser el próximo presidente de los Estados Unidos. No es broma.
Contada mediante recuerdos del amerizaje y de la vida del capitán Sully, la película relata parte de la investigación posterior y la fatiga de batalla que sufre el piloto, interpretado por un Tom Hanks con bigote al que se le da de miedo hacerse el estresado. También aparece Aaron Eckhart haciendo de sidekick (era el copiloto) con bigote.Aunque se trate de una catástrofe aérea (con feliz resultado, eso sí) la cinta no recuerda a las películas de catástrofes de los años 70. Apenas presentan con dos trazos a media docena de pasajeros y Clint no nos aburre con historias que no nos importan. A lo largo de la película la catástrofe en sí aparece en dos o tres ocasiones y el estrés post-traumático del capitán Sully nos deja bonitas escenas de aviones estrellándose contra edificios de Nueva York. La película cuenta en hora y media lo que pasó en cuatro minutos, algo que tiene cierto mérito.
La necesidad del antagonista
"Y entonces le dije, '¿sabes lo que te digo, Almodóvar? Paso de cine'".
Graciosamente, cuando le pidieron al viejo Clint dirigir esta historia lo primero que preguntó fue "¿y quién es el malo?". Toda historia que trate de héroes necesita un antagonista que plantee frenos y resistencias que el protagonista ha de superar, es el conocido como "camino del héroe": alguien normal se ve ante una serie de obstáculos que al irlos superando lo hacen crecer, en el clímax se enfrenta a su némesis y la victoria viene acompañada de la experiencia adquirida resultando que el protagonista ya no es un ser normal, sino heroico, etc. Pero la vida real no es tan redondita y bonita como la ficción. El horror real es muy superior al de la imaginación de cualquiera y los hechos heroicos también son muy superiores a los de la imaginación. Y existen ocasiones en las que no hay malos, como es nuestro caso.En la película los malos que se inventan son los investigadores de seguridad aérea que entrevistan a los pilotos y les acusan de poner en riesgo innecesariamente las vidas de mucha gente. Según estos malos las simulaciones demostraban que el avión podía haber regresado a LaGuardia y Tom Hanks que es muy listo les gana poniendo caritas de Tom Hanks y siendo entrañable y viejo zorro al mismo tiempo. Su argumento es que en las simulaciones los pilotos juegan con el preaviso de lo que tienen que hacer: tras el impacto de los pájaros y la pérdida de impulso, inmediatamente viran hacia el aeropuerto, mientras que en la situación real hay una demora de unos segundos. Cuando vuelven a hacer la simulación aplicando la demora, el avión choca contra el suelo. La gente se queda impresionada de las posturitas de Tom y como colofón, Aaron Eckhart comenta que pilotar no es como jugar al Pac-Man. Caray, es que daban ganas de invitar a esos dos a paella el domingo.
"Me crié en el bosque, me amamantó una loba".
En realidad, como digo, no existe el malo. La investigación posterior al amerizaje no se hizo con animosidad —ninguna investigación se hace con animosidad—, es más, los propios invesitgadores actuaron con especial deferencia ya que Sully se había convertido en un héroe instantáneo. Incluso la aseguradora, Airbus y la compañía no tenían necesidad de culpar a nadie ya que no se trató de un fallo mecánico, de un error humano o de algo evitable: el choque contra la bandada de pájaros fue fortuito, una broma del destino.Algunos highlights
"No sé, Clint, no creo que el verdadero Sully llevara una pistola al cinto".
La parte del vuelo está calcada de la realidad y tiene las mejores escenas de la película. Una vez que el avión pierde los dos motores el piloto declara emergencia, habla con tráfico aéreo y el controlador empìeza a ofrecerles pistas cercanas. Mientras el avión desciende y ya Sully piensa en posarse en el Hudson —toma la dificil decisión en segundos— se escucha cómo el controlador va ofreciéndoles pistas. En una de estas, Tom Hanks le dice que van a acabar en el Hudson y el controlador como que no se lo cree, le pierde en el radar y debe abandonar su puesto para que le hagan los controles antidopaje. De hecho, el controlador, que permanece en una sala incomunicado durante todo el tiempo, piensa que el avión se ha estrellado.En las grabaciones reales de las comunicaciones, cuando el controlador pierde al avión en el radar hay otro avión que le dice "creo que ha dicho que va a acabar en el Hudson". Ese fue un detalle gracioso que bien podían haber puesto en la película.
Otro detalle destacado es muy de Clint Eastwood y lo podemos llamar "la escena de sinceridad del bar". En American Sniper es cuando Bradley Cooper conoce a su mujer y le dice que es un Ranger que sirve a su país, ella le pregunta por qué y él le responde "porque América es el mejor país del mundo". En Sully vemos que Sully es reconocido por los borrachines del bar y se siente abrumado, azorado, incómodo. Él es un tipo normal que hace su trabajo lo mejor que puede, no le gusta ser un héroe (cosa que es una característica fundamental del héroe: sólo el Mesías niega su divinidad).
Más cosas: la transmisión del estrés que viven los pasajeros cuando las azafatas pasan de ser camareras a ser robots que gritan "¡Brace, brace, brace, heads down, stay down!" (en la versión en castellano no sé cómo lo habrán traducido). Esa alteración súbita de la realidad, esa pérdida de lo apacible, esa nostalgia inmediata que surge por lo cotidiano, ése es el momento del terror. Es incluso un terror superior al del propio impacto. Ante un impacto nadie puede hacer nada, hay un choque ¡bum! y ya está, es una cuestión física de masa, presión, temperatura, elasticidad de los materiales, etc. Pero cuando la gente se comporta de forma distinta a cómo se comporta normalmente ahí es cuando los esfínteres se relajan y el perrete asoma el hocico.
"Y entonces me dijo: 'no hay huevos', ¿que no hay huevos? Verás".
Cosas buenas:- Si a Tom Hanks le gustó la película puede que ahora produzca una miniserie sobre aviones, como pasó tras rodar Apolo 13 y Salvar al soldado Ryan.
- Los gritos de las azafatas que se escuchan desde la cabina.
- Ese ya tradicional romanticismo con el que se trata a los servidores públicos de la ciudad de Nueva York: policías, guardacostas, etc.
- El conflicto no lo resuelve la magia o los buenos deseos, sino las 20.000 horas de vuelo del capitán, la experiencia de su primer oficial, el entrenamiento de las azafatas y el trabajo y conocimiento adquiridos por miles de ingenieros, técnicos, obreros y especialistas en aeronáutica durante décadas de historia de la aviación.
- La presión crea diamantes.
- Tom Hanks rechazará el Oscar porque es demasiado facilón que se lo concedan.
- Flashbacks de la vida de Sully que son puro relleno.
- En lugar de los investigadores del accidente los malos tenían que haber sido los pájaros. Yo habría hecho un prólogo a la película con yihadistas entrenando a los pájaros para chocar contra aviones. Eso no os lo esperábais ¿eh?
- "Teterboro" lo pronuncian muy raro.
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