Una nueva nota de prensa publicada en CANAL PRENSA
/COMUNICAE/
Con el nuevo escenario favorable para el autoconsumo con placas solares en casas, viviendas y demás, muchos se están animando a dar el paso y poner unos paneles en su tejado. Ahora bien, es importante saber la letra pequeña de la garantía de estos aparatos nuevos
En una placa solar existen dos garantías distintas que vienen con el producto: una es la de producto y otra es la de producción. Generalmente, los modelos de menor precio vienen con una duración diferente, la de producción suele ser de 25 años, pero la de producto de 10 o 15 años máximo.
Después de contactar con varias empresas de distribución de material fotovoltaico en España, como la gallega SunFields, se explica qué cubre cada una esas garantías y por qué deberías buscar un proveedor que venda paneles solares con 25 años de garantía, tanto de producción como de producto.
¿Cuál es la diferencia?
Esta es la diferencia entre qué es la garantía de producción y la de producto:
Cuando se habla de garantía de producción, se refiere a los años durante los cuales el fabricante garantiza un tanto por ciento de rendimiento, normalmente entre un 80% a los 25 años y un 90% a los 10 años.
La garantía de producto se aplica sobre el propio dispositivo y sus componentes. Aquí está uno de los principales puntos de conflicto al adquirir placas solares baratas: a diferencia de la garantía de producción, la de producto suele ser de 10, 12, o 15 años con suerte.
¿A qué se debe esto y que implica para el consumidor?
En la mayoría de los casos consultados, la garantía de producción se limita únicamente a la potencia de salida medida a la entrada de la caja de conexiones de panel, es decir, antes de donde salen los cables de la placa solar para poderla conectar en casa.
Por tanto, si al medir la potencia del panel antes de esa caja de conexiones, esta está dentro de los valores contemplados dentro de la garantía de producción y la garantía de producto ha caducado, dará lo mismo que a efectos prácticos el panel no esté proporcionando energía alguna, ya que entonces el problema será debido a fallos de otros componentes del módulo que esta garantía de producción no cubre.
¿Por qué es tan importante invertir en calidad cuando se habla de placas solares?
En general, nunca suele ser buena idea comprar barato a costa de sacrificar la calidad de lo que se está adquiriendo. Sin embargo, cuando se habla de un producto como este, en el cual se busca obtener una rentabilidad a largo plazo (25 años), esta decisión puede suponer un completo desastre.
La estrategia de negocio de los fabricantes que ofrecen tan solo 10 años de garantía de producto, consiste en atraer clientes ofreciendo precios más bajos que la competencia. El motivo de que puedan permitirse hacer eso sin sacrificar un jugoso margen de beneficios, es precisamente ahorrar costes en el proceso de fabricación y los materiales empleados.
Estos son algunos ejemplos de qué es lo que sacrifican y las consecuencias de ello a medio plazo:
Problemas de fabricación relacionados con las células solares
Los motivos de este tipo de problema pueden ser diversos: células solares de mala calidad, maltrato de estas durante el procesos de fabricación del panel o desajustes debido a la conexión en serie de células de diferente corriente.
Todos ellos tienen como consecuencia principal la aparición de puntos calientes o hotspots, que son áreas del panel donde se concentra el calor por defectos de fabricación. Esto hace que se degraden los materiales de la zona afectada y que, como consecuencia de ello, la eficiencia en ese punto se reduzca. Este problema suele ser el desencadenante de muchos otros, como por ejemplo la destrucción del Tedlar, una estructura de tres capas que consiste en una lámina de poliéster entre dos de fluoruro de polivinilo (PVF), y que garantiza la estanqueidad del módulo en su parte posterior.
Los puntos calientes, además, suelen intensificarse y pueden derivar en un panel solar completamente inútil.
Usar EVA de mala calidad
El EVA (etileno vinil acetato) es un polímero termoplástico que se utiliza para encapsular las células generadoras y protegerlas de la humedad y otros agentes externos. Algunos fabricantes usan un EVA de mala calidad que se degrada fácilmente a partir de los 6-8 años, dejando desprotegida una parte muy importante del dispositivo.
Diodos de bypass de baja calidad y mal encapsulados
Cuando estos no son suficientemente buenos, no resisten bien las altas temperaturas y las condiciones extremas, se queman y quedan completamente inservibles. También suele suceder que no estén bien encapsulados en silicona protectora, lo que facilita que se estropeen.
Laminado defectuoso de las células
El proceso de laminado requiere tiempo de espera. Algunos fabricantes acortan este tiempo para producir más rápido, aumentando sus beneficios. Esto puede provocar el deslaminado de las células integradas en el panel, lo que lo hará inservible.
Temperaturas de soldadura incorrectas
Esto provoca que las soldaduras sean defectuosas y, como consecuencia, se produzcan puntos calientes.
Como se puede ver, el motivo principal de que la garantía del producto no tenga la misma duración que la de producción, es que el propio fabricante ya prevé que el módulo sufrirá alguno de los problemas mencionados a medio plazo. Además, todo esto suele combinarse con malas prácticas empresariales que repercuten directamente en el consumidor, como cambios de empresa fabricante para evitar cubrir garantías o fraudes relacionados con la procedencia real del módulo, lo que quiere decir que muchas veces ni siquiera esperan que el dispositivo llegue a cumplir los 10 años en buen estado.
Solución para esto:
Muy simple, comprar únicamente placas solares que den los 25 años de garantía de producto y de producción. De ese modo, no habrá que preocuparse por la letra pequeña dentro de unos años.
Fuente Comunicae
La entrada SunFields advierte de la importancia de la letra pequeña en las garantías de las placas solares se publicó primero en Canal Prensa.