Después de repartir tanta felicidad entre los lectores que se sintieron identificados con mi entrada anterior, he decidido hablar de lo que viene después.
Sí, amigos, las rupturas son una etapa dura en cualquier persona y no siempre sabemos llevarlo con gracia y estilo. Excepto yo, que gracia y estilo me sobra, y nunca he cometido los errores que voy a pasar a describir.
La primera fase es deprimirse. Cuando algo se termina, nos sentimos morir y pasamos a un estado catatónico en el que comprendemos las canciones de Álex Úbago, nos paseamos en chándal por todos lados y vemos pelis cursis preguntándonos por qué él no puede ser como el prota.
La segunda fase es emborracharse. La fase de duelo es paulatinamente minorizada con salidas nocturnas en las que acabas cantado por Estopa y Alejandro Sanz a las 5 de la mañana usando como micrófono una botella de tequila. Eso es mejor que cualquier psicólogo (me han contado).
La tercera fase es llamar por teléfono cuando no se debe. Esto le ocurre sobre todo a los tíos, que al mezclar el tequila con los recuerdos deciden que la mejor decisión es llamar a la ex totalmente borracho para decirle que la quiere o que es una puta. De hecho, cuando están realmente jodidos mezclan las dos ideas. Primero las llaman cabreados diciendo que son unas putas y acaban diciendo que las quieren; o lo contrario, lo cual es aún más inquietante. Así que mi mayor consejo es que dejéis el móvil en casa o borréis el número de una puñetera vez.
La cuarta fase es zumbarte a alguien y arrepentirte después…o no, depende de cómo esté el muchacho en cuestión (me han contado también). Un clavo saca a otro clavo y la mejor prueba de ello es tener una noche tonta y disfrutar de ella. No todo van a ser penas.
La quinta fase es el cotilleo indiscriminado. Ya ha pasado un tiempo desde que habéis decidido romper y no sabes mucho de esa persona así que empiezas a volverte cual psicótico y vigilas todos sus pasos en las redes sociales. Lo que más te interesa saber es si lo está pasando mal y rezas porque así sea. Lo segundo que quieres saber es si ya te ha encontrado sustituto y rezas para que así no sea y lo tercero que quieres saber es si ha borrado las fotos que tiene contigo, que casi siempre suele ser.
La sexta fase es descubrir todos esos defectos que no habías notado antes. Dicen que visto desde fuera, las cosas se ven con más objetividad y las relaciones no escapan a esta norma. Empezaras a ver a la otra persona con otros ojos y descubrirás una cantidad de defectos y reacciones absurdas que no sabes cómo no habías notado antes.
La séptima fase es el olvido. A menos que os topéis con los Men In Black, el olvido no existe. Es imposible no volver a recordar a esa persona, pero sí dejar de pensarla. El tiempo lo mata todo, incluido a los sentimientos. Así que un día os daréis cuenta que ya no pensáis en esa persona, que sus defectos y virtudes te dan igual, que ya no te interesa cotillear su vida, que hace mucho tiempo que borraste el número, que ya solo tomas tequila por diversión, que ya no deseas que el prota sea tu ex sino…bueno, quién os tenga más pendiente de sus movimientos que de los tuyos.
Sed muy felices.