Eddie Murphy confirmó con esta película humorística de acción que iba a dar guerra mucho tiempo explotando su faceta de pillo simpático que con el paso de los años se fue desgastando irremediablemente hasta dejar de tener gracia. Pero no sólo de su descaro vive esta cinta que destila aire ochentero por los cuatros costados, también goza de una ambientación y vestuario súper auténticos, unos diálogos inocentes pero divertidos y ante todo una banda sonora con clásicos de la época cuyo tema principal, a día de hoy, no puedes parar de tararear en cuanto lo escuchas. Entretenida a más no poder desde el instante inicial, y el primer paso de un subgénero que trajo mucha cola. Mi puntuación: 7/10