A finales del año 2014 nos hacíamos eco de una investigación desarrollada por expertos japoneses en la que se concluía que era beneficioso proporcionar suplementos de vitamina E a los bebés nacidos con bajo peso, ya que con ello se lograba reducir el riesgo de que tuvieran un desarrollo mental deficiente a los 8 años de edad.
Pues bien, hoy conocemos una nueva investigación que sugiere suplementar la leche materna con vitamina E para que los bebés prematuros puedan recibir mayor cantidad de esta vitamina de una forma más natural, reduciendo el riesgo de que puedan sufrir diversas enfermedades e infecciones debido a la deficiencia de esta vitamina. Según los expertos, los recién nacidos prematuros suelen tener muy poca grasa corporal y muy pocas reservas de vitaminas liposolubles, como la vitamina E, de ahí que sea necearía una suplementación.
A esto podemos añadir los resultados del primer estudio citado, gracias al aporte de esta vitamina, se incrementaría el cociente intelectual de estos bebés en los próximos años. En la investigación llevada a cabo por expertos de la Universidad Federal do Rio Grande do Norte (Brasil), se trabajó con un grupo de 89 mujeres que habían dado a luz un bebé prematuro. Las madres fueron divididas en dos grupos, al primero se le proporcionó un suplemento de 400 UI (unidad Internacional) de tocoferoles (vitamina E), al segundo grupo se le proporciono un placebo, siendo este un grupo de control.
Hay que decir que antes de tomar el suplemento, ambos grupos de mujeres tenían valores similares de vitamina E a las 48 horas después del parto, la cantidad de esta vitamina en la sangre y la lecha materna eran similares y ninguna presentaba carencia. A las 24 horas de haber suministrado el suplemento, se apreció un incremento del 60% de la vitamina en el calostro, el grupo de control no experimentó ninguna variación.
Siete días después del parto, la concentración de vitamina E en la leche materna del primer grupo era un 35% más elevada que en el grupo de control. Los expertos apuntan que estos cambios en los niveles de la vitamina se apreciaron en los primeros días, pero no en la leche analizada a los 30 días tras el parto, considerándose leche madura. Esto demuestra que una sola dosis de 400 UI para aumentar los niveles de α-tocoferol de la leche materna es una medida efectiva a corto plazo, pero no por un periodo de tiempo prolongado.
Los expertos han estado trabajando en esta línea de suplementación en la leche materna debido a que suministrar directamente la vitamina E a los bebés implica algunos riesgos y desafíos, de hecho, no existe consenso sobre la suplementación parenteral y enteral. Consideran que la mejor forma de ofrecer la vitamina E necesaria al bebé es a través de la leche materna, siendo una medida efectiva para proteger a los recién nacidos de los efectos de sufrir una deficiencia de esta vitamina.
El año pasado la EFSA (Agencia de Seguridad Alimentaria de la Unión Europea) consideró que no existían evidencias de que las mujeres embarazadas o las madres lactantes tuvieran que aportar al organismo una mayor cantidad de vitamina E, algo que este estudio contradice con sus resultados. Los investigadores explican que tienen que seguir realizando nuevos estudios para graduar qué dosis debería tomar la madre para que los efectos se prolongaran en el tiempo. Podéis conocer todos los detalles de la investigación a través de este artículo publicado en la revista científica British Journal of Nutrition.
Foto | Raphael Goetter
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Suplementar la leche materna con vitamina E