Supongo que es normal que el tiempo estival nos anime y n...

Supongo que es normal que el tiempo estival nos anime y nos desinhibe haciendo que los amores de verano florezcan y los que permanecen todo el año se alteren.
Es normal también que ocurra lo contrario, que el calor y el ambiente nos acabe haciendo miserables cuando pensamos en amores antiguos, no correspondidos o imposibles ( bueno, imposible no hay nada, como mucho improbable).
Hay amores que marcan y otros que son volátiles, agradables y bonitos, pero no perdurables. Pero siempre hay esos que te dejan una huella importante para bien o para mal, ya no por lo que hayan sido, si no porque esa persona es como esas extrañas perlas negras que se encuentran en el océano, esas pequeñas joyas que brillan de tal manera que lo que eras antes, se desdibuja para ser otro, marcado por ese brillo, renaciendo.
En ocasiones, esas perlas, acaban convirtiéndose en agujeros negros que te absorben hasta hacerte casi desaparecer, convirtiendo ese amor que existía en un principio en una obsesión venenosa que acaba por corromperlo todo y a todos.
La gente que se enamora ya nunca vuelve a ser la misma que antes. Y eso no se si es bueno o malo.
Yo sigo con mis obsesiones y mis puntos de vista que pocos entienden. Yo no volveré a querer si eso conlleva a dejar de ser yo, el yo que más me gusta y al que más quiero. Yo soy libre e independiente y eso, difícilmente cambiará nunca. Pero eso es otra historia que ya os contaré.
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