Sweet Lie – Max Jury

“Sweet Lie“, el tema con el que Max Jury avanza su segundo álbum, es muy distinto a lo que podríamos esperar del estadounidense afincado en Francia, proclive en principio a la composición de baladones al piano de los de mequieromorir. Para empezar, porque es rotundamente -ni bueno ni malo, ojo- mainstream, la típica canción que hubiéramos podido escuchar en Cadena 100 o una emisora del estilo camino del colegio, si las emisoras tipo Cadena 100 no se hubieran pasado todas a esa indigesta dieta que consiste en la exclusiva alternancia de pop flamenquito y tropical house de baratillo.

Es verdad que la voz de Jury suena más andrógina que nunca, y que la sutileza de las estrofas le acerca por momentos a la sofisticación pop de Rhye, pero en los estribillos el hombre no se anda con rodeos, y deja muy clara su intención de cambiar de registro y sonar MUCHO MÁS GRANDE. Como si dijera: hola, soy Max Jury y no sólo compongo canciones tristes al pianito y poso en las fotos en plan James Dean torturado por mis sentimientos (¿una camiseta de Chet Baker, en serio?), ahora también me he propuesto haceros bailar.

Mucho en el cambio de sonido tendrá que ver, evidentemente, con la elección del productor de “Modern World“. El responsable de que todo suene por momentos tan ultracool no es otro que Robin Hannibal, el hombre que ha firmado la producción de trabajos de Kendrick Lamar, Anderson.Paak o (¡ajáaa! ¡ahora empieza todo a coger sentido!) Jessie Ware. Y sí, efectivamente, hay un cierto poso soul en todo esto. Buena pinta.

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