Revista Opinión

Tajogaite, año I

Publicado el 18 septiembre 2022 por Jrobertogonzalez

Se cumple un año de la erupción del volcán Tajogaite, el acontecimiento más trascendental para La Palma en décadas. Nadie estaba preparado para un hecho de esta envergadura con sus consecuencias, por lo que la respuesta inmediata requería de decisiones que en caso de no haber resultado las más acertadas, no deben ser sometidas a un juicio rigurosamente crítico, sino merecen la comprensión y ser pasadas por alto. Sin embargo, no caben en este conjunto aquellas que han sido puestas en duda por declaraciones realizadas hasta en sede parlamentaria por responsables técnicos, relativas a la transparencia  y traslado a toda la población de la información disponible sobe la inmediatez de la erupción.  Determinadas declaraciones, otros silencios y concretas acciones ordenadas la misma mañana de la erupción, dan pie a albergar dudas razonables sobre si hubo correspondencia entre la información disponible por las autoridades y las decisiones adoptadas antes de la erupción.

A medida que pasan los meses, crece la incomprensión sobre la ineficacia y falta de voluntad para dar una solución habitacional digna a la población desalojada. Todavía están alojadas en hoteles en torno a doscientas personas y ni las casas de madera ni los contenedores son el remedio un año después. Urge ensanchar los núcleos urbanos de los municipios afectados construyendo bloques de viviendas. Ninguna promoción está en marcha ni noticias al respecto. Resulta inverosímil que los responsables políticos se jacten de poner a disposición de las familias viviendas prefabricadas un año después como remedio al problema habitacional.

Quedarse en senderos en torno al cono es más de lo mismo. Lamentablemente no hay signos de que se vaya a aprovechar esta erupción como recurso turístico, resultando prioritario en este ámbito la construcción de un gran centro para la divulgación del proceso desde la perspectiva natural y su impacto social; ni educativo-científico, atrayendo conocimiento a la isla como pudiera ser el centro vulcanológico, pero ya es reclamada su ubicación en un territorio centralista.

En la recuperación de la normalidad debe ponderarse la toma de decisiones más urgentes con su minoración en el impacto que puedan tener en una posterior planificación más sosegada, de manera que no condicionen o impidan tanto actuaciones menos coyunturales que puedan ser estratégicas para el desarrollo futuro, como en la puesta en valor del espacio volcánico, incluídas las lavas. La apertura de una pista para instalar una tubería en toda la fajana ganada al mar, es la antítesis a este planteamiento.

Un año después, es necesario repensar lo hecho y lo que queda por hacer.   


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